El 15 de febrero se conmemora el Día Internacional del Niño con Cáncer, una fecha establecida en Luxemburgo por la Organización Internacional de Cáncer Infantil, también conocido como el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer Infantil.
El cáncer constituye una de las principales causas de mortalidad en la infancia y adolescencia. La probabilidad de supervivencia de un niño diagnosticado con cáncer varía según el país: en naciones de ingresos altos, más del 80% de los niños afectados se recuperan, mientras que en países de ingresos bajos o medianos, la tasa de recuperación es inferior al 30%.
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Las tasas más bajas de supervivencia en países de ingresos bajos o medianos pueden atribuirse a diagnósticos tardíos, dificultades en la precisión diagnóstica, falta de acceso a tratamientos, interrupciones en las pautas terapéuticas, efectos secundarios mortales de los medicamentos y recurrencias evitables. Mejorar el acceso a la atención oncológica infantil, especialmente a tecnologías y fármacos esenciales, resulta rentable y viable, y puede elevar las tasas de supervivencia en diversos entornos.
A diferencia de los adultos, las causas de la mayoría de los casos de cáncer infantil aún son desconocidas. Aunque se han realizado estudios, son escasos los cánceres infantiles relacionados con factores ambientales o de estilo de vida. Enfermedades crónicas como el VIH, el virus de Epstein-Barr o el paludismo pueden aumentar el riesgo de cáncer infantil, especialmente en países de bajos ingresos. Alrededor del 10% de los casos de cáncer infantil tienen predisposición genética, pero se necesita más investigación para comprender mejor estos factores.
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Dado que la prevención del cáncer en niños es limitada, la estrategia más eficaz para reducir la morbilidad es el enfoque en diagnósticos tempranos y precisos, seguidos de tratamientos eficaces y apoyo personalizado. La detección temprana del cáncer aumenta las posibilidades de tratamiento eficaz, reduciendo el sufrimiento y, a menudo, disminuyendo el costo del tratamiento.
La OMS, junto con el St. Jude Children’s Research Hospital, lanzó la Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil en 2018, con el objetivo de lograr una tasa de supervivencia del 60% para los niños con cáncer para 2030. La iniciativa proporciona pautas y asistencia técnica a gobiernos para establecer programas de calidad contra el cáncer infantil. Se han implementado recursos como el marco CureAll y la Plataforma Mundial por el Acceso a Medicamentos contra el Cáncer Infantil para mejorar el acceso a tratamientos y medicamentos esenciales.
