Después de semanas sin bombardeos a poblaciones civiles en Ucrania, Rusia ejecutó una de las operaciones más mortíferas contra una comunidad residencial en el centro del país. Según el presidente Zelensky, esta operación demuestra que se deben tomar medidas más severas contra Rusia.

Durante la noche del jueves y la mañana del viernes se registró un ataque con misiles en la ciudad de Umán, ubicada en territorio central de Ucrania, que dejó a 23 personas muertas y a una numerosa cantidad de heridos, además de edificaciones afectadas. El blanco en esta ocasión fue un edificio residencial. Por otro lado, en Dnipro, una ciudad más cercana a la frontera con Rusia, fueron asesinadas una mujer y su hija de tres años.

Las unidades de rescate estuvieron ejecutando labores por más de diez horas, ayudando a las personas heridas y buscando personas atrapadas. El ataque fue ejecutado a las cuatro de la mañana, por lo que sorprende que las pérdidas humanas no hayan sido mayores. Dentro de las víctimas mortales se encontró a un niño de diez años.

Las autoridades de defensa rusas se pronunciaron al respecto, diciendo que los ataques estaban dirigidos contra las unidades de reserva militar de Ucrania, y no contra los civiles. Además, comentaron que no han dado órdenes de atacar de forma deliberada a poblaciones civiles, pero reconocen que han realizado ataques que han dejado víctimas mortales de este tipo.