📸 Imagen cortesía: Cuenta de X Defensoría del Pueblo}
¿37 años de compromiso entre sombras y esperanzas?
En la tarde del viernes 5 de septiembre de 2025, Bogotá se iluminó con una conmemoración que va más allá del tiempo: la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) celebró 37 años defendiendo la dignidad humana en un país marcado por la violencia y la incertidumbre. Este aniversario no solo fue una fiesta, sino un recordatorio del largo camino recorrido y los retos aún vigentes en la defensa de los derechos humanos.
Desde su fundación, en 1988, la CCJ se erigió como un faro en medio del conflicto colombiano, defendiendo especialmente a quienes habitan en las márgenes: campesinos, comunidades étnicas, mujeres, niñez y personas desplazadas. Más que números, son historias entrelazadas en casos llevados a tribunales nacionales e internacionales, en informes presentados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y en la constante presión para que las políticas públicas aseguren reparación y justicia transicional. Esta labor ha tejido una red de esperanza, a veces frágil, siempre necesaria.
En el acto conmemorativo, que congregó a fundadores, aliados internacionales y representantes institucionales, destacó la presencia de la Defensora del Pueblo, Iris Marín. Para ella, la CCJ ha sido “casa y escuela”, un espacio donde se aprende y se lucha en defensa de los derechos fundamentales. Con voz firme, Marín insistió en la urgencia de no solo mantener, sino de fortalecer el respaldo institucional que permita a la organización continuar su tarea esencial en un país que no olvida cuántos líderes sociales han caído en combate. Solo en el primer semestre de 2025, 82 líderes sociales fueron asesinados, una cifra que cruza cualquier estadística y que pone de relieve la fragilidad del estado de derecho.
La CCJ, en un contexto tan violento como desafiante, ha logrado sentencias que marcan un precedente en la defensa de derechos laborales y ha avanzado en la representación de víctimas ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), intentando abrir caminos hacia la justicia en medio de tensiones constantes. Pero, ¿qué significa continuar este trabajo cuando la peligrosidad persiste? La respuesta parece estar en la convicción y en la resistencia, en la construcción de un Estado social de derecho que no solo sea promesa, sino realidad para quienes más lo necesitan.
En el aniversario 37 de la Comisión Colombiana de Juristas, la duda permanece: ¿podrán las instituciones y la sociedad colombiana caminar juntas para hacer que la defensa de los derechos humanos deje de ser una batalla en solitario, y se convierta en un compromiso colectivo e inquebrantable? Mientras tanto, el eco de esas 37 años resuena entre los pasillos de la historia y la esperanza.