El Día Mundial del Asma, se celebra el primer martes de mayo con el propósito de comprometer a los pacientes en el cuidado y control de esta enfermedad, así como en la reducción de posibles factores de riesgo. Además, busca educar a las personas sobre cómo actuar ante posibles ataques o crisis asmáticas.
El asma, una de las enfermedades no transmisibles más prevalentes, afecta tanto a niños como a adultos y se caracteriza por la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, lo que genera síntomas como tos, sibilancias, dificultad para respirar y opresión torácica. Según la OMS, en 2019, aproximadamente 262 millones de personas sufrían de asma, y esta condición resultó en alrededor de 455.000 defunciones.
Para tratar los síntomas y permitir a los pacientes llevar una vida normal, se recetan medicamentos inhalados, y se sugiere evitar los desencadenantes conocidos. Desafortunadamente, la falta de diagnóstico y tratamiento adecuados, especialmente en países de bajos y medianos ingresos, contribuye a un manejo deficiente de esta enfermedad.
El asma puede tener un impacto significativo en la calidad de vida, incluidos trastornos del sueño, fatiga diurna, dificultades de concentración, ausencias escolares y laborales, y en casos extremos, puede requerir atención médica urgente e incluso hospitalización. Los síntomas pueden variar y pueden agravarse durante la noche o durante la actividad física.
Mientras que hay factores de riesgo conocidos, como antecedentes familiares de asma, alergias, urbanización y exposición a contaminantes ambientales, la causa exacta puede ser difícil de determinar.
Última noticia
Aunque no existe una cura para el asma, se puede controlar eficazmente con tratamientos adecuados, que a menudo implican el uso de inhaladores que administran medicamentos directamente a los pulmones. Sin embargo, el acceso a estos tratamientos puede ser limitado en muchos lugares, lo que subraya la importancia de la sensibilización pública y la educación sobre el asma.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está comprometida en mejorar el diagnóstico, tratamiento y prevención del asma como parte de su agenda global de salud pública. Se están implementando diversas medidas, como la promoción de intervenciones esenciales en atención primaria, la reducción de la exposición al tabaco y la contaminación atmosférica, y la colaboración con redes internacionales para abordar las enfermedades respiratorias crónicas.
