En septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 9 de diciembre como el Día Internacional para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y para la Prevención de ese Crimen, en conmemoración de la Convención firmada en 1948 que aborda este delicado tema.
El genocidio, un crimen atroz, tiene como objetivo la eliminación de un grupo de personas basado en su pertenencia a una etnia, raza, grupo religioso o nacional. Se considera que existe genocidio cuando, junto con esta circunstancia, se llevan a cabo actos como:
- Matanza o asesinato de los miembros del grupo.
- Causar lesiones graves a la integridad física o mental del grupo.
- Sometimiento del grupo a condiciones que conduzcan a su destrucción física.
- Implementación de medidas para impedir los nacimientos de nuevos miembros del grupo.
- Traslado forzoso de niños a otro grupo.
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A lo largo de la historia humana, se han registrado numerosos actos de genocidio, entendiendo este término como cualquier acción que busque la aniquilación, sometimiento, lesión o traslado forzado, total o parcial, de un grupo de personas pertenecientes a una nación, etnia, raza o religión específica.
Contrariamente a la creencia común, los actos genocidas no surgen principalmente de diferencias culturales o de opiniones, sino que están arraigados en la discriminación hacia una facción que enfrenta dificultades para acceder a una calidad de vida digna.
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La intención de la ONU al establecer este día es dirigir la atención de los países miembros hacia las profundas diferencias existentes en la sociedad, buscando reducirlas o transformarlas en ventajas para aquellos que se sienten oprimidos. Un enfoque podría ser instar a los grandes empresarios a asumir responsabilidades sociales y comprometerse con la comunidad local mediante la creación de escuelas, bibliotecas, instalaciones deportivas y otras obras públicas que mejoren la calidad de vida en esos estratos sociales.
