A la exministra del Deporte, María Isabel Urrutia, le anunciaron la salida de su cargo el 27 de febrero, junto a Patricia Ariza, de Cultura, y a Alejandro Gaviria, de Educación. Sin embargo, hasta la semana pasada Urrutia seguía firmando contratos por montos millonarios en lo que, al parecer, sería un acto de corrupción.
El Gobierno revisará la validez y legalidad de los contratos firmados por este Ministerio entre el primero de enero y el seis de marzo, después de que el abogado opositor del Gobierno Daniel Briceño hiciera pública una denuncia en la que identificara 264 contratos no oficializados aún, correspondientes a la firma de Urrutia firmados después del anuncio de su salida.
La cantidad de contratos fue alarmante y detonó una alerta en el sector oficial. Andrés Idárraga Franco, secretario de Transparencia de la Presidencia, considera que “la Fiscalía debe llevar a cabo las investigaciones para saber si es cierto o no lo que se ha venido denunciando en los medios”, comentó a La FM.
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Frente a su presencia extemporánea en el cargo, Urrutia declaró ante los medios que había llegado a un acuerdo para retirarse el 13 de marzo. Laura Sanabria, jefa de Despacho de la Presidencia, confirma que la exministra sí hizo la solicitud, pero que no se le concedió, pues era necesario que abandonara la entidad el primero de marzo.
La medallista olímpica de Sydney 2000 confirmó la firma de los contratos en tiempo récord, pero aseguró que se tuvo que dar así porque le aprobaron los recursos del Ministerio quince días antes, y que la capacidad de trabajo de los empleados de esta cartera estaba a reventar, por lo que no quería aumentar la carga laboral.
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El presidente Gustavo Petro, por medio de su cuenta de Twitter, informó que declara “insubsistente a la ministra del deporte por sus actuaciones indelicadas con el presupuesto de la nación”. Incluso, personas pertenecientes a los sectores de la oposición aplaudieron esta decisión del mandatario.
Ante esta afirmación, Urrutia confesó que el Ministerio del Deporte estaba plagado de corrupción, que había personas contratadas por ser cuotas políticas y que lo único ‘indelicado’ que hizo fue limpiar el Ministerio de politiquería.
