Esta mañana el alcalde de Tarazá, Mario Sierra, descartó que el corte de agua en el municipio fuera por un ataque a las instalaciones, como así lo hizo saber el presidente Gustavo Petro.

Según Sierra, a eso de las 9:00 p.m. la comunidad comenzó a recoger el agua por un mensaje que avisaba de un ataque al acueducto. Al ver que este pánico colectivo estaba desabasteciendo el sistema, la empresa de acueducto decidió suspender el servicio para evitar que se quedaran sin agua.

Desde el tuit de Gustavo Petro, referente al supuesto ataque, se propagó esa información por todo el territorio nacional. Las informaciones del Gobierno siguen apuntando a que es el Clan del Golfo el responsable del paro minero y del ataque al peaje de este mismo municipio.

Paro minero que, por el momento, deja dos muertos y 25 heridos en el Bajo Cauca. Dado a las acciones criminales por parte de este grupo ilegal, el presidente declaró que “este violó el cese bilateral al fuego que se había decretado a partir del 1 de enero pasado”.

El municipio y la región han sido víctimas en reiteradas ocasiones por parte del Clan del Golfo. El pasado 3 de febrero tres funcionarios de la Fiscalía en Tarazá fueron secuestrados, aparentemente, por su máximo cabecilla: Juan Gonzalo Sánchez, alias Gonzalito.

Por eso, la orden ha sido la de reforzar la seguridad en esta región del departamento, sumado a la petición del gobernador Aníbal Gaviria de retornar las funciones de la Fiscalía a Tarazá, pues fueron suspendidas en el municipio después del triple secuestro.

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Incluso, por contradictorio que parezca, lo que reafirma la soberanía del Clan del Golfo en este municipio es la reducción en la tasa de homicidios que se han presentado desde 2020. Antes, ese territorio era disputado también por el ELN, los Caparros y por las disidencias de las FARC.

Entre estos grupos se presentaban sangrientas disputas por el control del territorio, tanto que eran el municipio de la subregión del Bajo Cauca con mayor tasa de homicidios por cada 100.00 habitantes: 239 en 2020. Actualmente, la hegemonía del municipio por el Clan del Golfo es total, lo que ha llevado a que estos enfrentamientos hayan disminuido.

Esto no significa seguridad, sino control social, económico y político de una región que ha vivido los estragos de la violencia y que a día de hoy vive una de las incertidumbres más grandes del país.