El nombre «Antioquia» proviene de la antigua ciudad de Antioquía, que se encontraba en la región de Anatolia, en la actual Turquía. Antioquía fue fundada en el año 300 a.C. por Seleuco I Nicátor, uno de los generales de Alejandro Magno, después de la muerte de este último. La ciudad recibió su nombre en honor a su padre, Antíoco I Sóter, quien era uno de los sucesores de Alejandro en la división del imperio.
Antioquía se convirtió en una ciudad importante en la antigüedad, siendo la capital del Reino Seléucida y, posteriormente, un centro cultural, político y económico de la región. Fue conocida por su riqueza, su esplendor arquitectónico y sus monumentos. Además, la ciudad fue un importante centro de difusión del cristianismo primitivo, y fue allí donde los seguidores de Jesús fueron llamados por primera vez «cristianos».
Cuando los conquistadores españoles llegaron a la región que hoy conocemos como Colombia en el siglo XVI, fundaron una ciudad a la que decidieron llamar Antioquia en honor a la antigua ciudad de Antioquía en Turquía. Esta nueva Antioquia se estableció en una zona montañosa en el noroeste de Colombia, en la región que actualmente es el departamento de Antioquia. La ciudad de Antioquia se convirtió en un importante centro colonial, y posteriormente la región de Antioquia se destacó como uno de los principales territorios de la Nueva Granada, la entidad colonial española que comprendía la mayor parte de la actual Colombia.
Con el paso del tiempo, el departamento de Antioquia se desarrolló económicamente gracias a la minería, la agricultura y el comercio, convirtiéndose en uno de los departamentos más destacados de Colombia. Además, Antioquia ha sido reconocida por su rica tradición cultural, su paisaje montañoso y su gente emprendedora.
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