El gremio de taxistas del Vallen de Aburrá, quienes se encuentran de luto después de la trágica muerte de dos de sus miembros durante el pasado fin de semana, pide mayores acciones para proteger sus vidas por parte de las autoridades.
Uno de ellos fue víctima de un aparente caso de hurto en Bello, mientras que el otro fue encontrado abandonado en una quebrada en el corregimiento de Santa Elena.
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La víctima más reciente ha sido identificada como Nelson Alberto Ortega Gómez, de 58 años, cuyo cuerpo fue encontrado en las aguas de la quebrada de la vereda Media Luna, en el Suroriente de Medellín.
El vehículo del conductor fue descubierto abandonado en una calle del barrio Enciso, en el oriente de la ciudad, lo que ha llevado a las autoridades a investigar si su muerte está relacionado con un caso de hurto. Aunque las circunstancias exactas de su fallecimiento aún no han sido esclarecidas, los familiares del taxista afirman que fue asesinado, ya que su cuerpo presentó múltiples golpes.
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A este lamentable hecho se suma el asesinato del taxista Sergio Andrés Isaza Jaramillo, de 32 años, ocurrido la noche del viernes en el barrio París de Bello. El conductor recibió 12 puñaladas por parte de un menor de edad que aparentemente intentó robarle el dinero de su trabajo. Los familiares de la víctima entregaron al homicida a las autoridades y recientemente se ha informado que el menor ha aceptado los cargos por el delito de homicidio.
Ante estos trágicos acontecimientos, los taxistas han llevado a cabo una protesta exigiendo a las autoridades que tomen medidas para garantizar su seguridad y proteger su trabajo, ya que afirman estar constantemente amenazados por la delincuencia.
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