En una carrera contra el tiempo, la Cámara de Representantes de Estados Unidos logró aprobar el acuerdo del techo de la deuda por US$31,4 billones. A pesar de la división existente, demócratas y republicanos se unieron para evitar una posible suspensión de pagos catastrófica y enviar la legislación al Senado.
La votación en la Cámara, controlada por los republicanos, resultó en 314 votos a favor y 117 en contra, allanando el camino para que la medida llegue a la mesa del presidente Joe Biden antes de la fecha límite del lunes 5 de junio. El objetivo es evitar un impago que podría paralizar la economía estadounidense y generar inestabilidad en los mercados financieros globales.
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El proyecto de ley, fruto de un compromiso entre Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, enfrentó la oposición de 71 republicanos de línea dura. Sin embargo, con el respaldo de 165 demócratas, la medida logró salir adelante a pesar de la estrecha mayoría republicana en la Cámara.
La legislación suspende temporalmente el límite de endeudamiento del gobierno federal hasta el 1 de enero de 2025, lo que permitiría postergar esta cuestión política sensible hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. Además, incluye medidas como limitar parte del gasto público en los próximos dos años, agilizar el proceso de concesión de permisos para proyectos energéticos, recuperar fondos no utilizados destinados a la pandemia de COVID-19 y ampliar los requisitos de trabajo para los programas de ayuda alimentaria.
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En caso de no aprobarse el acuerdo sobre el techo de la deuda, las repercusiones en Colombia podrían ser significativas. Expertos económicos advierten que se produciría una caída en el empleo y un retroceso en la economía de Estados Unidos, lo que afectaría el crecimiento y los flujos de inversión a nivel mundial. Esta situación generaría una mayor volatilidad en el mercado financiero, impactando la tasa de cambio y el flujo de recursos hacia economías como la colombiana.
La aversión al riesgo provocada por el impago de una de las economías más fuertes del mundo también tendría efectos en el mercado cambiario. Es probable que otras monedas fuertes se aprecien en relación al dólar, ya que los inversionistas buscarían refugio en activos considerados menos riesgosos.
