La semana pasada, el domingo 18 de junio, se sumergió el submarino Titán de la empresa OceanGate que ofrece viajes turísticos para observar los restos del naufragio que el Titanic sufrió en 1912. El gran crucero se accidentó, naufragó y se encuentra a más de 3.800 metros bajo el agua, por lo que es una expedición única el poder apreciarlo.

A las pocas horas de sumergido, la señal que el submarino debía enviar a la superficie desapareció, y hasta el sol de hoy con el hallazgo de escombros en la zona del Titanic, por lo que conoce que los cinco ocupantes de este fallecieron al instante. En aquel momento contaban con poco más de 90 horas de oxígeno disponible, por lo que se presumía que no iban a lograr sobrevivir por mucho tiempo. Pero, ¿es esta una misión imposible? La respuesta es simple: no.

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Si bien las inmersiones a altas profundidades son difíciles y hasta peligrosas, los casos exitosos de submarinos que exploran el fondo del mar son demasiados. El mismo director de Titanic, James Cameron, ha descendido a los restos del naufragio hasta unas 33 veces. Lo hizo antes de filmar esta producción, lo hizo para el rodaje y lo continuó haciendo tiempo después.

Incluso, el propio Cameron ha logrado descender hasta el punto más hondo del mar, conocido como el abismo Challenger, ubicado en la fosa de Las Marianas. Este punto está a más de 10.800 metros bajo el mar, no llega la luz solar y la vida allí es limitada, solo pocas especies de animales logran sobrevivir bajo las condiciones atmosféricas y de temperatura que allí se registran.