El Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) compartió a través de sus canales de comunicación un triste caso que involucra a una Lora Frentiamarilla (Amazona ochrocephala). Este ejemplar llegó al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la entidad, en convenio con la Universidad CES, en un estado lamentable después de haber sido sometida a más de una década de cautiverio en una jaula pequeña.
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Según relata la autoridad ambiental, este individuo desarrolló un comportamiento autodestructivo conocido como picaje, un acto en el cual las aves arrancan sus plumas una a una, dejando zonas expuestas en su cuerpo. Esta conducta es un claro indicio de un estrés crónico que ha afectado profundamente al animal.
Los animales silvestres que son mantenidos en cautiverio enfrentan la posibilidad de desarrollar enfermedades tanto físicas como mentales, debido a las condiciones anómalas en las que se encuentran confinados. Además de los efectos psicológicos devastadores, estos seres a menudo sufren de desnutrición, problemas respiratorios y deformidades físicas.
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La reducción de poblaciones de loras silvestres impide que realicen sus funciones biológicas, como la esparción de semillas, afectando la salud y la estabilidad de los ecosistemas que cohabitamos.
El Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAVR) en convenio con la Universidad CES, invita a los ciudadanos a denunciar la tenencia y tráfico ilegal de animales silvestres.
¿Sabías que varias subespecies están consideradas en peligro o vulnerables según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)?
