Foto: Organización Mundial de la Salud
A partir del próximo miércoles, primero de noviembre, comenzará a regir el impuesto a productos comestibles ultraprocesados. La información, emitida por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, indicó cuáles serían los efectos inflacionarios de esta medida para los próximos años.
Esta semana se hizo realidad la presencia de este impuesto que tiene como objetivo reducir la mala alimentación de los colombianos. El carácter de este impuesto, según el ministro Ricardo Bonilla, es “de disuasión del consumo, no para generar recaudo. La razón es muy sencilla: es un impuesto de salud pública”.
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Además, aclaró que el impuesto solo afectará a 21 de los 443 artículos que componen la canasta básica del índice de precios del consumidor, “con la cual el DANE mide la inflación”. Cabe recordar que este fue aprobado en la reforma tributaria que se firmó en 2022.
De acuerdo con el Ministerio, los productos gravados serán aquellos comestibles ultraprocesados “que, como ingredientes, se les haya adicionado azúcares, sal/sodio o grasas suficientes para llevar el sello frontal de advertencia establecido por el Ministerio de Salud”.
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Este impuesto, a diferencia de lo indicado por algunos sectores de la oposición, no será un “impuesto al tendero”, por lo cual no afectaría a los dueños de los mercados o tiendas de barrio. Además, se aclaró que los productos ultraprocesados que están expuestos de este gravamen serán el pan, las obleas, el salchichón, la mortadela, el arequipe y el bocadillo. Téngalo en cuenta para que no se deje tumbar.
Las estimaciones del Ministerio indican, además, que el efecto de este impuesto sobre la inflación total será de 0.21 puntos porcentuales en 2023, de 0.11 en 2024 y de 0.12 en 2025.
