Más de 200 crías de elefantes marinos han sido encontradas muertas en las costas de Puerto Madryn, Chubut, Argentina, en los últimos 17 días. Según la ONG WCS y expertos veterinarios de universidades, se cree que esta alta mortalidad se debe a la gripe aviar H5N1, que ha estado afectando a la fauna marina y aves en varias partes del mundo desde hace más de un año.
Un informe realizado por estas organizaciones mostró una mortalidad extrema de crías de elefantes marinos en la Patagonia, durante su temporada reproductiva. Normalmente, la mortalidad de las crías se mantiene por debajo del 1%, pero este año se ha registrado una mortalidad extrema que varía entre el 56% y el 74% en diferentes áreas de monitoreo, según el informe.
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Además de la alta mortalidad de las crías, se ha observado una inusual cantidad de adultos y sub-adultos muertos, así como una reducción del 40% al 70% de individuos adultos en las costas, dependiendo del sector y el sexo.
Los científicos han tomado muestras de los animales fallecidos y han confirmado que se trata del virus IAAP H5N1, una forma de gripe aviar. Es importante destacar que este podría ser el primer registro mundial de mortalidad masiva de elefantes marinos debido a la influenza aviar.
La gripe aviar H5N1 es capaz de mutar y, en este caso, se sospecha que ha adquirido nuevas capacidades de contagio entre mamíferos, lo que representa un riesgo para otras especies y posiblemente para los humanos.
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La población y los turistas que se encuentren en las costas deben tomar precauciones para no diseminar la enfermedad. Algunas recomendaciones incluyen:
- No acercarse a ejemplares muertos o enfermos en las costas, manteniendo una distancia mínima de 15 metros.
- Evitar que las mascotas entren en contacto con animales enfermos o muertos en la playa y mantenerlas con correa en playas autorizadas.
- Evitar tocar superficies que pudieran estar contaminadas con heces o secreciones de animales enfermos.
- Desinfectar el calzado si se camina por una playa con presencia de aves o mamíferos muertos, lavando la suela con cepillo y jabón, y luego sumergiendo la suela durante 5 minutos en una solución de agua con lavandina al 10%.
Estas medidas son fundamentales para minimizar el impacto en la fauna y prevenir la propagación de la enfermedad por acción humana.
