Foto: Vatican Media
El papa Francisco no ha estado alejado de la situación en Oriente Medio, además de sus mensajes de paz y de apoyo hacia todas las personas que están sufriendo por cuenta de la guerra. Su papel se ha tornado, incluso, un poco más activo, al haberse reunido con representantes de las familias de los rehenes que Hamás tiene secuestrados en Gaza.
Dicho encuentro, que tuvo lugar este miércoles, 22 de noviembre, en el Vaticano, no distinguió de creencias religiosas, sino que se centró en la unidad y la dignidad humana. Fueron doce los familiares israelíes que fueron escuchados por el sumo pontífice, quien reconoció la importancia de la vida de estas personas y su derecho a regresar con sus familias.
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De acuerdo con el Gobierno israelí, “el embajador de este país ante la Santa Sede, Rafael Schutz, destacó que el encuentro se enmarcó en las numerosas medidas tomadas por la Cancillería para lograr la pronta liberación de todos los secuestrados”. Ante ello, Francisco indicó que “haría todo lo que estuviera a su alcance para ayudar” en este objetivo.
Para el embajador Schutz, este encuentro con el papa fue crucial e importante para el reconocimiento de las atrocidades de la guerra, pues “sus declaraciones sobre la necesidad de liberar a los secuestrados tienen una importante resonancia internacional”, al ser el líder espiritual de más de mil millones de creyentes en todo el mundo.
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Minutos después, Francisco recibió a un grupo de palestinos que logró salir de Gaza ante la inclemencia de los ataques. Los asistentes, también familiares de palestinos que continúan atrapados en Gaza, contaron sus experiencias al sumo pontífice, expresando su angustia porque allí “no hay lugares seguros. Te vas a dormir y no sabes si te despertarás a la mañana siguiente. Es una experiencia horrible”.
Finalmente, el papa señaló en una Audiencia General su solidaridad con las víctimas de ambas naciones y su preocupación por la guerra. De acuerdo con él, “el pueblo Palestino, el pueblo de Israel, tienen derecho a la paz, tienen derecho a vivir en paz dos pueblos hermanos».
