Foto: Cuenta de X de Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel
Antes de cerrar el fin de año, las relaciones internacionales en torno a la guerra que libran Israel y Hamás sobre Gaza siguen dando de qué hablar en el mundo. Sudáfrica denunció a Israel ante la Corte Penal Internacional (CIJ) por crímenes de guerra sobre los ciudadanos de Gaza, señalando la comisión de un genocidio.
De acuerdo con el Gobierno de Sudáfrica, la denuncia se radicó ante el máximo órgano judicial internacional por “presuntas violaciones por parte de Israel de sus obligaciones en virtud de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (la “Convención sobre Genocidio”) en relación con los palestinos en la Franja de Gaza”.
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Además de denunciar que Israel ha participado en actos genocidas y no ha impedido la incitación directa y pública al genocidio, Sudáfrica también solicitó a la CIJ la instauración de medidas provisionales para “proteger contra daños mayores, graves e irreparables a los derechos del pueblo palestino en virtud de la Convención sobre el Genocidio” y “asegurar el cumplimiento por parte de Israel de sus obligaciones de no participar en actos de violencia y para prevenir y castigar el genocidio”.
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En la solicitud realizada a la CIJ, Sudáfrica identifica lo siguientes como los actos genocidas en los que Israel podría estar incurriendo: asesinar, causar graves daños físicos y mentales a los palestinos en Gaza, además de la evacuación forzada y el desplazamiento de alrededor del 85 por ciento de los palestinos en Gaza. Provocar hambre, deshidratación e inanición generalizadas, no proporcionar o restringir el suministro de alojamiento, ropa, higiene o saneamiento adecuados, e imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos de palestinos en Gaza.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Internacionales de Israel aseguró que “está comprometido con el derecho internacional y actúa de acuerdo con él, y dirige sus esfuerzos militares sólo contra la organización terrorista Hamás”. A su vez, contraatacó a la nación africana, señalándole de “estar cooperando con una organización terrorista que pide la destrucción de Israel”. Catalogó las denuncias de Sudáfrica como infundadas.
