Este trágico incidente se dio a conocer el lunes 12 de febrero en horas de la tarde, cuando trabajadores alertaron a la Policía y la Secretaría de Medio Ambiente de Itagüí sobre chillidos provenientes de una zona boscosa en este municipio. Allí encontraron a una perrita enterrada viva.
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Itagüí es uno de los pocos municipios en Colombia que cuenta con una robusta política de bienestar animal que incluye caracterización, tenencia responsable de mascotas, educación ambiental y programa de rescate y adopción de animales en condiciones de vulnerabilidad. Pero ni siquiera estos elementos, y contar con un moderno sistema de videovigilancia con más de 690 cámaras, impidieron que “Esperanza”, como fue bautizada la perrita, fuera enterrada viva en una zona boscosa de Ditaires.
El alcalde de Itagüí, Diego Torres, rechazó este acto de violencia y denunció el caso: “Rechazamos cualquier acto de violencia contra los animales como seres sintientes. Hemos puesto en conocimiento del grupo Gelma de la Fiscalía este caso flagrante de maltrato animal, porque a Esperanza la encontramos enterrada viva. Lastimosamente, no pudimos salvarla pese al esfuerzo de los profesionales veterinarios, pero de la mano de la tecnología y de la información ciudadana, hallaremos a los responsables y los haremos pagar por el sufrimiento que le causaron a ella y a todos los itagüiseños que amamos a los animales”.
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