Dos mujeres en las vicepresidencias del senados

¿Giro histórico en el Senado colombiano?

Este martes 20 de mayo de 2025, el Senado de la República vivió una sesión clave que marca un antes y un después en la **equidad de género** y la **representación política** en Colombia.

La plenaria nocturna fue el escenario donde las senadoras **Lorena Ríos** y **Paola Holguín** fueron elegidas como vicepresidentas primera y segunda de la mesa directiva, respectivamente. La votación reflejó una nueva dinámica: Ríos, representante de **Colombia Justa Libres**, se impuso con 65 votos frente a su rival Aída Quilcué, del **Pacto Histórico**. Holguín, del **Centro Democrático**, obtuvo 74 votos y llegó a ocupar una posición que hasta ahora era territorio tradicional de la oposición. Este relevo responde, en el fondo, a un fallo reciente del **Consejo de Estado** que anuló las designaciones anteriores por no cumplir con los estándares legales en materia de paridad de género y representación de minorías — un récord en el funcionamiento del Congreso colombiano.

Las dimisiones de John Jairo Roldán y Alirio Barrera, del **Partido Liberal** y **Centro Democrático** respectivamente, evidenciaron que la justicia había sentado un precedente firme para asegurar la alternancia y el pluralismo en las altas esferas legislativas. La decisión puso al Senado contra el espejo, obligándolo a corregir el rumbo en plena mitad del ciclo legislativo.

El presidente de la mesa directiva, **Efraín Cepeda**, del **Partido Conservador**, permanecerá en su cargo, pero ahora acompañado por las dos vicepresidentas, quienes ejercerán hasta el 20 de junio. No obstante, podrían continuar su función si surgen sesiones extraordinarias antes del receso. Desde la oficialidad, se aseguró que “la designación de las senadoras Ríos y Holguín responde al fallo que busca garantizar el cumplimiento de las normas que rigen la organización interna del Congreso”, dejando claro que la judicialización ha provocado un cambio institucional inevitable.

¿Es esta una muestra de que la justicia puede erosionar viejos privilegios y abrir paso a una representación más plural y equitativa? La experiencia reciente parece indicarlo. Sin embargo, quedan preguntas abiertas sobre cómo impactará esta decisión en el tejido político y en la legitimidad parlamentaria a futuro.

En suma, la jornada del 20 de mayo no fue solo un trámite administrativo. Fue el reflejo de un país que demanda con urgencia días nuevos en la política colombiana, donde el respeto a la ley y la diversidad no sean letra muerta, sino una realidad palpable. ¿Podrá el Senado mantener esta línea? La respuesta aún está en construcción.

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