“Hay que ejecutar de verdad”: Petro le responde a Francia Márquez

¿Ejecutar o gobernar? La grieta pública entre Petro y Márquez

Un quiebre inesperado pero revelador. Este viernes 23 de mayo, en las redes sociales y en la opinión pública de Colombia, se hizo visible una tensión que hasta entonces había permanecido en los pasillos del poder. Gustavo Petro, presidente de la República, respondió con un mensaje directo y tajante a su vicepresidenta, Francia Márquez, dejando entrever una fractura no solo política, sino de estilo y visión dentro del gobierno que ellos mismos encabezan.

El hecho clave ocurrió en la plataforma X, donde Petro lanzó un mensaje que resonó con fuerza: «Vicepresidencia y ministerio juntos, pero hay que ejecutar de verdad. Malos consejos de (Álvaro) Leyva que ahora el mismo Leyva no reconoce». Esta frase no solo apunta a una crítica personal velada hacia la vicepresidenta sino también hacia un asesor cercano, evidenciando choques internos sobre cómo se manejan las políticas públicas.

El origen del desencuentro se remontó a las declaraciones que Márquez hizo horas antes, en las que confesó sentirse limitada y bloqueada para desarrollar su gestión. En sus palabras, «no me han dejado gobernar«, afirmó, y apuntó a la decisión presidencial de retirarle la dirección del Ministerio de Igualdad, cartera fundamental para su proyecto político y social. Relató asimismo que esta separación ocurrió justo cuando ella buscaba canalizar inversiones hacia los territorios más vulnerables, dejando en duda la voluntad real del Ejecutivo para promover el cambio desde ese ministerio.

Pero la discusión no se agota ahí. Petro, además de su mensaje, compartió un video crítico de Alí Bantú Ashanti, líder afrodescendiente, quien cuestionó duramente a Márquez con un comentario severo: «la vicepresidenta Francia Márquez no logra ver más allá de sus cejas. Tiene un problema con leer el país en el que vive». Esta intervención introduce un matiz complejo sobre las tensiones internas no sólo en lo administrativo, sino en la lectura misma de la realidad social que ambos representan.

Detrás de este enfrentamiento está la dolorosa realidad que padece la coalición gobernante: la dificultad de construir desde la diversidad y las múltiples expectativas de un país fragmentado. La decisión de Petro de remover a Márquez del Ministerio de Igualdad y de confiarlo a Carlos Rosero fue interpretada por la vicepresidenta como un desplante, un gesto que minó la confianza y plantea interrogantes sobre las dinámicas de poder internas.

¿Qué significa esta ruptura pública? Más allá del choque personal, desnuda las tensiones entre discurso y acción, entre aspiraciones y estructuras. ¿Podrá este gobierno responder a las demandas sociales que ambos defienden sin fracturas internas que erosionen su credibilidad? La pregunta queda flotando en el aire mientras la ciudadanía observa, expectante y crítica, el desenlace de esta disputa en la que, al final, lo que está en juego es la capacidad de gobernar y ejecutar de verdad.

Comparte en tus redes sociales

0 0 Votos
Puntua este contenido
Suscribir
Notificar de
guest
0 Comentarios
Más antiguo
Lo más nuevo Más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios