Jorge Iván Ospina, primer embajador de Colombia en Palestina: ¿un giro diplomático con nombre propio?
Una nueva etapa en la política exterior colombiana. Este lunes 26 de mayo de 2025, el Gobierno oficializó el nombramiento de Jorge Iván Ospina, exalcalde de Cali, como el primer embajador de Colombia ante el Estado de Palestina. La designación fue consagrada en el decreto 0548 firmado por la ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, dando paso a un vínculo diplomático inédito para el país en Medio Oriente.
Este nombramiento llega después de un proceso que inició hace un año, cuando el entonces canciller Luis Gilberto Murillo anunció la intención de abrir una sede en Palestina, bajo la dirección explícita del presidente Gustavo Petro. La nueva embajada tendrá su sede en Ramallah, capital administrativa de la Autoridad Nacional Palestina, donde Colombia busca no solo presencia sino también diálogo y acercamiento con una región marcada por décadas de conflicto y esperanza.
Jorge Iván Ospina, médico de formación y político de larga trayectoria, no es ajeno a los dilemas regionales. Fue alcalde de Cali, una de las principales ciudades colombianas, en dos períodos y también senador por la Alianza Verde. Su voz ante el conflicto en Gaza ha sido contundente: ha calificado la situación como un “genocidio” y ha pedido una condena firme del horror que allí se vive. Su perfil combina experiencia administrativa, sensibilidad social y un posicionamiento claro frente a las injusticias.
La designación de Ospina, además de ser un hito formal, representa un gesto político cargado de significado. Implica reconocer la legitimidad del Estado palestino y un intento de Colombia por jugar un rol más activo en escenarios internacionales complejos. Sin embargo, queda la pregunta abierta: ¿podrá esta nueva embajada abrir puertas en un territorio donde la diplomacia suele medirse en tiempos inciertos y gestos simbólicos?
Así, mientras las voces del pasado y el presente convergen en la figura de Ospina, la comunidad internacional y colombiana observan expectantes. La región palestina, un espacio de tensiones y anhelos, ahora cuenta con un nuevo interlocutor que lleva el nombre de Colombia y también las sombras y esperanzas de un país en busca de su lugar en el mundo. ¿Será esta la señal de un cambio real o apenas un acto protocolario en un tablero geopolítico complejo? El tiempo dará respuestas, pero el camino acaba de empezar.