Inscripción en bicicleta, un gesto y un mensaje de cambio real
Este martes 3 de junio de 2025, en la sede principal de la Registraduría Nacional del Estado Civil en Bogotá, la exalcaldesa Claudia López oficializó un paso decisivo: inscribió su comité para recoger firmas que respalden su candidatura presidencial para las elecciones de 2026.
La imagen fue clara y elocuente. López llegó pedaleando, acompañada por un grupo de seguidores que vibraban con pancartas y tambores, una simbólica promesa de dinamismo y cercanía. Lo que comenzó como un acto formal se convirtió en una manifestación de intención política rotunda, en la que la exalcaldesa decidió marcar distancia del Gobierno actual, liderado por Gustavo Petro.
En su discurso, sin ambages, criticó duramente la gestión de la administración en asuntos esenciales como la salud pública y la seguridad ciudadana. “Es el cambio que pudo haber sido y que desafortunadamente no fue”, afirmó con pesar y convicción, comprometiéndose a “recuperar la salud y la seguridad” para los colombianos.
Pero no se quedó en las críticas. López presentó propuestas concretas para responder a los desafíos del país, destacando la creación de una Fiscalía antimafia para atacar la delincuencia organizada, lo que permitiría a la Fiscalía General centrarse en la protección de la ciudadanía. Hizo un llamado a la unidad ciudadana más allá de los partidos políticos, remarcando que “cuando trabajamos juntos, somos imparables”.
Este anuncio no es un acto aislado, sino el desenlace de varios meses de especulaciones y una tensión creciente con el Partido Verde, fuerza política con la que la exalcaldesa se había identificado durante gran parte de su carrera. Al no obtener el aval directo ni lograr una coalición sólida con sectores progresistas, decidió iniciar su camino rumbo a la Presidencia mediante la recolección independiente de un mínimo de 632.000 firmas, requisito indispensable para avalar candidaturas sin el respaldo tradicional.
En la fría sede de la Registraduría, mientras la burocracia formalizaba su postulación, emergía un retrato de una política que busca reactivar su proyecto desde la base, con un mensaje que apela a la renovación y a la esperanza luego de la decepción causada por el actual régimen. La anunciada distancia con el oficialismo y la apuesta por un liderazgo ciudadano abren interrogantes sobre el rumbo de la izquierda en Colombia y sobre cómo se definirá la contienda presidencial que ya asoma en el horizonte.
¿Podrá esta candidatura independiente captar el pulso de una sociedad que reclama seguridad y salud, y superar los obstáculos de un sistema político fragmentado? La respuesta se dilucidará en los próximos meses, mientras las firmas se acumulan y la campaña toma cuerpo en las calles y en los debates públicos.