📸 Cortesía: D.R.A.
«`html¿SUBSIDIO AL DIÉSEL EN JAQUE?
Este viernes 13 de junio de 2025, en el marco de la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo, el Gobierno de Gustavo Petro anunció un giro significativo en la política de subsidios al combustible. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, confirmó que en los próximos días se emitirá un decreto para incrementar el precio del diésel, eliminando el subsidio que durante años ha beneficiado a cerca del 28% del parque automotor que utiliza este combustible, en especial vehículos particulares como camionetas y automóviles de lujo.
La decisión busca responder a la creciente presión fiscal que enfrenta el país. Según explicó el ministro Ávila, el abultado déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) ha alcanzado un impacto acumulado de 79 billones de pesos en los últimos cinco años. En ese contexto, la medida pretende ajustar gradualmente el precio del diésel hacia las cotizaciones internacionales, un camino que ya emprendió el Gobierno con la gasolina. «Se hará efectivo un decreto mediante el cual todos los vehículos que no se dediquen al transporte de carga —lo que representa alrededor del 28% del parque automotor de diésel— pagarán el combustible a precio internacional», señaló el ministro.
Este cambio afectará directamente a unos 360.000 vehículos, según cifras oficiales. Camionetas y automóviles de lujo dejarán de disfrutar del beneficio estatal y deberán asumir el valor completo del diésel en el mercado global. Por el contrario, el sector del transporte de carga, clave para la economía y la inflación del país, mantendrá un tratamiento diferenciado por ahora. Las autoridades estudian mecanismos para que los costos derivados de este incremento sean trasladados a los dueños de la mercancía y no recaigan directamente sobre los transportadores.
Detrás de esta medida se vislumbran tensiones profundas. Por un lado, la urgencia fiscal que obliga a contener el déficit público y mejorar la estabilidad económica del país. Por otro, la posible carga adicional sobre sectores y ciudadanos que hasta hoy se beneficiaban de un subsidio considerado estructuralmente costoso. La ciudadanía espera balance y conciencia política frente a un ajuste que no solo mueve cifras, sino que impacta vidas y bolsillos.
En definitiva, la eliminación del subsidio al diésel privado abre preguntas inevitables: ¿Podrá esta estrategia aliviar realmente la crisis fiscal sin profundizar la desigualdad? ¿Cómo responderán los sectores afectados? La polémica apenas comienza.
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