SALUD EN VILO: MEDELLÍN Y SU BATALLA CONTRA UN SISTEMA QUE SE DESANGRA
Una llamada de auxilio silenciosa, pero persistente.
Medellín, junio 2025. Un informe reciente de la Personería Distrital dibuja un retrato urgente: el 83 % de las tutelas presentadas en la ciudad desde 2024 hasta hoy giran en torno a fallas en el sistema de salud. Son 16.497 acciones legales donde la gente, en su mayoría, busca defender un derecho fundamental que se ve cada vez más amenazado.
Este jueves 12 de junio, en la Mesa de Trabajo de la Red Hospitalaria del Distrito, se pusieron en evidencia las aristas más críticas de esta crisis. Frente a autoridades de salud, representantes del Ministerio Público y líderes de EPS, clínicas y hospitales —tanto públicas como privadas— el personero Melfi Boset Rave denunció una realidad que pocos quieren afrontar: mora en los pagos a prestadores de servicios, desabastecimiento de medicamentos y sobreocupación hospitalaria que en algunos centros supera el 200 %. Una cifra que duele, que obstaculiza y que compromete la vida misma.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ha señalado que la raíz de esta problemática se encuentra en la escasez de recursos enviados desde el gobierno nacional. La respuesta del Distrito fue presentar una acción popular ante el Tribunal Administrativo de Antioquia, en un intento de poner freno a esta crisis sin precedentes.
¿Qué subyace detrás de tantas tutelas? La negación de medicamentos y tratamientos de alto costo, la demora en asignar citas y procedimientos, y la falta de acceso oportuno a servicios médicos básicos. Una situación que golpea especialmente a los más vulnerables: más del 60 % de las tutelas involucran a personas mayores y población con discapacidad, mientras que el 61,6 % de los usuarios que buscan ayuda en la Personería son mujeres, muchas de ellas adultas mayores que enfrentan barreras casi infranqueables para recibir atención.
Este panorama invita a una reflexión inquietante: ¿Cómo puede sostenerse una ciudad cuando su sistema de salud parece clamar por un respiro? La crisis estructural planteada no solo desafía a las autoridades, sino que cuestiona la garantía real de un derecho fundamental que debe protegerse sin fisuras.
Mientras tanto, en Medellín, la incertidumbre y la esperanza coexisten. La ciudadanía espera que esta acción popular se traduzca en soluciones verdaderas, pero el reloj sigue corriendo y el sistema, como un cuerpo agobiado, sigue resistiendo.