¿MALARIA BAJO CONTROL O BATALLA AÚN ENCENDIDA?
El 25 de abril de 2025, en medio de la solemnidad del Día Mundial de la Malaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con la Alianza para las Vacunas Gavi revelaron avances que parecen marcar un nuevo capítulo en la lucha contra esta antigua enemiga, especialmente en el corazón de África.
Países como Ghana, Nigeria, Kenia y Malaui han logrado que más del 60% de sus niños menores de cinco años reciban la vacuna RTS,S/AS01, un paso vital que representa la esperanza de protección temprana. Mientras tanto, Ruanda y Uganda experimentan con la prometedora vacuna R21, cuya efectividad reportada alcanza hasta un 77%, una cifra alentadora en terrenos donde cada caso cuenta. Esta expansión proyecta ampliar su alcance a seis u ocho naciones más durante este 2025, protegiendo a 13 millones de niños adicionales y esperando llegar a los 50 millones entre 2026 y 2030.
Sin embargo, el triunfo aún es frágil. Según el informe de la OMS correspondiente a 2023, se registraron 263 millones de nuevos casos de malaria y un dramático balance de 597.000 muertes, con el 95% de las incidencias concentradas en África. Este alarmante escenario lleva a la comunidad internacional a convocar a una reinvención y reinversión en las estrategias de combate con la consigna El fin de la malaria está con nosotros: Reinvertir, Reimaginar, Reignite. Desafíos persistentes como la resistencia a insecticidas, el impacto del cambio climático y las crisis humanitarias amenazan con erosionar las conquistas alcanzadas.
En esta batalla, innovaciones como los mosquiteros tratados con compuestos antipalúdicos de nueva generación, por ejemplo el ELQ, emergen como un rayo de esperanza. Estos no solo atacan al mosquito sino que erradican el parásito dentro del insecto, enfrentando directamente la preocupante resistencia a insecticidas tradicionales. Ensayos de laboratorio demuestran que pueden bloquear el desarrollo del parásito de la malaria, una promesa que podría cambiar el curso de esta guerra.
La ciudadanía y expertos se preguntan si estos logros serán suficientes para transformar cifras que aún parecen un apagón inexplicable en la salud pública mundial. La lucha contra la malaria es un espejo de las desigualdades globales, la resiliencia sanitaria y la urgencia de no bajar la guardia. ¿Podrá esta nueva etapa de vacunas y tecnologías dejar atrás el sufrimiento que esta enfermedad provoca año tras año?