Imagen tomada de la cuenta de instagram de María Claudia Tarazona
¿ESPERANZA ENTRE SOMBRAS? EL DELICADO ESTADO DE MIGUEL URIBE TURBAY TRAS EL ATENTADO
En la madrugada del jueves 18 de junio, la Fundación Santa Fe de Bogotá actualizó el estado del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, aún sumido en un silencio profundo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Allí, entre monitores y un equipo médico multidisciplinario, el dirigente político permanece en estado de máxima gravedad, enfrentando un pronóstico reservado tras el impacto de un atentado que estremeció el occidente de la capital colombiana.
El hecho que sacudió a la opinión pública ocurrió el pasado 7 de junio, cuando Uribe Turbay fue blanco de un ataque con arma de fuego en medio de un acto político. La urgencia del traslado a la Fundación Santa Fe y las múltiples intervenciones quirúrgicas revelan la complejidad de sus heridas, en particular un sangrado cerebral difícil de controlar y un edema persistente que desafía cualquier pronóstico inmediato.
Según el reporte emitido a las 7:00 a.m. por el doctor Adolfo Llinás Volpe, director médico de la Fundación, el estado del senador no ha mostrado mejoras notables. «Permanece en la UCI bajo manejo multidisciplinario con soporte y monitoreo hemodinámico y neurológico», señaló el especialista. El peso de su condición grave persiste, y aunque el equipo médico pelea contra las adversidades, la incertidumbre sigue siendo la compañera constante en este difícil camino.
Las horas, los días y las respuestas médicas se suceden en un ritmo que parece dilatar el tiempo. La evolución, aunque vigilada con rigor, aún no permite vislumbrar un horizonte claro. La sociedad colombiana observa con expectación y preocupación, preguntándose no solo por el alcance real de las lesiones, sino por las consecuencias políticas y sociales que este ataque podría provocar en un contexto electoral ya marcado por tensiones.
Mientras tanto, la Fundación Santa Fe mantiene una estricta reserva sobre detalles que puedan comprometer tanto la privacidad del paciente como la eficacia de su tratamiento. Queda abierta la pregunta sobre el equilibrio precario entre la esperanza y la realidad médica: ¿podrá Miguel Uribe Turbay superar este umbral entre la vida y la incertidumbre? Por ahora, el silencio de la UCI no responde, pero la vigilancia persiste con la paciencia y la resignación que impone lo incierto.
