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COLOMBIA EN LA NUEVA ARENA FINANCIERA GLOBAL
Un paso que resuena más allá de las cifras.
Este jueves 19 de junio de 2025, desde el imponente escenario del Foro Económico Internacional de San Petersburgo en Rusia, Colombia oficialmente se integró al Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS. La canciller Laura Sarabia confirmó lo que para muchos era una expectativa: la adhesión de nuestro país a este grupo financiero que reúne a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Este hito en la política exterior colombiana no solo abre la puerta a nuevas fuentes de financiación, sino que también refleja un giro estratégico para diversificar alianzas internacionales. Proyectos de infraestructura clave, desarrollo sostenible y energía ahora cuentan con un aliado financiero poderoso y global.
La voz oficial que selló este capítulo fue la de Dilma Rousseff, presidenta del NDB, quien destacó la relevancia de sumar nuevos miembros a la institución, apuntalando así la construcción de una arquitectura financiera más plural y diversa. La noticia encontró eco inmediato en figuras del Gobierno nacional, como el representante Alejandro Toro, presidente de la Comisión Segunda de Relaciones Exteriores, que calificó la adhesión como un “avance histórico hacia una nueva arquitectura financiera global”.
Pero este logro no llegó por azar. En mayo de 2025, durante una gira oficial por Shanghái, el presidente Gustavo Petro presentó formalmente la solicitud de ingreso. Su argumento fue claro: abrir el acceso a capital para proyectos de impacto estratégico. Entre ellos, destaca la conexión interoceánica Golfo de Urabá–Cupica, una iniciativa con la ambición de fortalecer el papel geopolítico y comercial de Colombia en Suramérica.
El interés colombiano se materializó con una carta de compromiso firmada por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, en la que se detalla la suscripción de 5.125 acciones del capital autorizado del banco, equivalentes a 512 millones de dólares, con un primer pago comprometido en los próximos seis meses ante el gobierno de Brasil.
Creado en 2014, el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS nace con la vocación de financiar proyectos que la banca tradicional suele dilatar o ignorar, especialmente en regiones del Sur global. La incorporación de Colombia a esta alianza sugiere una voluntad clara de no depender exclusivamente de viejas estructuras financieras, sino de integrar nuevos actores que respondan a las necesidades contemporáneas de desarrollo.
Con esta adhesión, Colombia traza una vía que no solo redefine sus prioridades financieras, sino que también plantea interrogantes: ¿podrá este nuevo capítulo impulsar las transformaciones que el país necesita? ¿Qué desafíos y oportunidades emergerán al navegar entre las corrientes de una economía global fragmentada y tensionada? La membresía ya es un hecho; ahora comienza el verdadero reto.
