📸 Cortesía: Colprensa
«`html¿PEQUEÑAS EMPRESAS EN JAQUE? LA REFORMA LABORAL QUE SACUDE AL SECTOR PRODUCTIVO
Una noche que marcó un antes y un después. El 19 de junio de 2025, el Senado de la República dio luz verde a una reforma laboral que desde ya despierta inquietudes en el corazón del empresariado colombiano, especialmente en las pequeñas y medianas empresas, aquellas que sostienen gran parte del tejido productivo del país.
La reforma, aprobada en el último debate de la plenaria, establece cambios concretos en las condiciones laborales: a partir de julio, las horas nocturnas comenzarán a contar desde las 7 de la tarde, mientras que los recargos por trabajo en festivos y domingos subirán progresivamente, alcanzando un 80% este año, un 90% en 2026 y un 100% en 2027. Estas modificaciones buscan reconocer el esfuerzo adicional de los trabajadores, pero para muchos empresarios representan un golpe duro a sus finanzas operativas.
Quien no disimula su preocupación es Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente de la Junta Directiva de Grupo Aval, quien en reciente entrevista con W Radio advirtió sobre el impacto en la rentabilidad de pequeñas firmas. “Se están haciendo unos cambios en las condiciones laborales de los colaboradores que seguramente encarecerán los costos. Esa rentabilidad la tenemos que generar, porque si no, aquellos que invierten ese patrimonio y no reciben la rentabilidad esperada, simplemente llevarán su dinero a otro lugar”, afirmó. Para Sarmiento Gutiérrez, la falta de una consulta previa específica fue una omisión grave, un vacío que pone en entredicho la implementación responsable y sostenible de la reforma.
Los esfuerzos por excluir a las microempresas de estas nuevas obligaciones fueron descartados por la plenaria, una decisión que profundiza la incertidumbre en un sector acostumbrado a lidiar con márgenes estrechos y una competencia feroz. El anuncio oficial confirma que estas normas no discriminan tamaños empresariales, convocando a todo el sector a adaptarse o enfrentar las consecuencias.
¿Qué significa esto para miles de empleadores y trabajadores? La reforma laboral promete una mejor protección para los derechos laborales, sin duda. Pero también plantea interrogantes sobre cómo el sector productivo absorberá estos nuevos costos sin sacrificar empleo o crecimiento. Mientras las pequeñas y medianas empresas reconsideran sus estructuras, la ciudadanía observa con atención y cierta aprensión. ¿Podrá el país equilibrar justicia laboral con viabilidad económica? La respuesta aún está por escribirse, en un escenario donde el tiempo apremia y las voces de todos los involucrados deberían ser escuchadas.
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