📸 Cortesía: Pop Mart
LABUBU, EL MUÑECO QUE REDEFINIÓ EL MERCADO GLOBAL DE JUGUETES COLECCIONABLES
Ojos grandes, orejas puntiagudas y un universo tan travieso como cautivador.
Este 2025, Labubu sigue siendo la figura central en el convulsionado mercado global de juguetes coleccionables. Desde su aparición en 2015, este personaje diseñado por el artista hongkonés Kasing Lung ha logrado traspasar fronteras y generaciones. La chispa: su inspiración en el folclore nórdico, que dio vida a la serie The Monsters, un universo que ha conquistado múltiples públicos.
El impulso decisivo llegó en 2019, cuando Kasing Lung se unió a la compañía china Pop Mart para lanzar las célebres “cajas sorpresa” o “blind boxes”. Fue en aquel momento cuando Labubu encontró su sitio, especialmente entre la Generación Z. Su estallido en redes sociales como TikTok e Instagram lo impulsó a la fama, sobre todo en Asia.
Pero la realidad superó cualquier expectativa a finales de 2024 e inicios de 2025. Artistas internacionales de la talla de Lisa de BLACKPINK, Dua Lipa y Rihanna comenzaron a exhibir públicamente sus Labubu, lo que provocó un fenómeno viral inédito. En junio de 2025, la fiebre alcanzó un nuevo máximo: en China se llevó a cabo la primera subasta artística dedicada a Labubu, donde una figura a tamaño real alcanzó más de 170 000 dólares, disputada por casi mil postores. Este hecho subraya el valor que ha adquirido la figura en el mercado de coleccionistas.
Estas figuras se comercializan principalmente en cajas sorpresa a un precio minorista cercano a 28 dólares, pero la reventa puede multiplicar su valor hasta superar los 149 dólares en ejemplares raros. Los modelos exclusivos han llegado a cifras de seis dígitos en la bolsa secundaria. En Latinoamérica, por ejemplo, los precios oscilan entre 870 y 1 500 pesos mexicanos en tiendas especializadas y mercados de segunda mano.
El éxito es tal que el propio fundador de Pop Mart, cuya figura ha trascendido el negocio convencional de juguetes, ha visto su carrera impulsada por este fenómeno cultural. Pero más allá del dinero, Labubu simboliza una nueva forma de conectar con públicos jóvenes, una estrategia que combina creatividad, nostalgia y cultura digital.
¿Podrá esta figura mantener vivo su aura de exclusividad y misterio en un mercado cada vez más globalizado y saturado? La espera por nuevas aventuras de Labubu es tanto un indicador como un desafío para el futuro del coleccionismo moderno.
