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COLOMBIA REDEFINE EL MUNDO LABORAL: UNA REFORMA QUE APUNTA A CAMBIARLO TODO
Este viernes 20 de junio de 2025, en Bogotá, el proyecto de reforma laboral en Colombia dio un paso definitivo. Se presentó oficialmente el informe de conciliación entre el Senado y la Cámara de Representantes, un trámite crucial que despeja las últimas diferencias antes de que la reforma llegue a la firma presidencial. Esta conciliación representa el cierre del periodo de sesiones ordinarias del Congreso, y marca un momento de tensión y expectativas sobre el futuro del trabajo en el país.
Después de semanas intensas de debate y negociaciones difíciles, las comisiones designadas para armonizar las versiones del Senado y la Cámara lograron un acuerdo. La balanza se inclinó a favor del texto aprobado en la plenaria del Senado el martes 17 de junio, que mantiene el núcleo de la reforma respaldada por el gobierno de Gustavo Petro. La representante María Fernanda Carrascal, del Pacto Histórico, destacó que 66 de los 70 artículos aprobados conservan la esencia original, evidenciando la voluntad política para impulsar cambios estructurales que podrían beneficiar a millones de trabajadores.
El ambiente en el Congreso estuvo marcado por la tensión política y el desafío de lograr quórum para la votación final. Jaime Raúl Salamanca, presidente de la Cámara de Representantes, reconoció la magnitud social del proceso y afirmó que este es uno de los momentos más importantes de la legislatura. La responsabilidad sobre los hombros de los legisladores es histórica: definir el rumbo laboral de Colombia por años.
Entre los principales cambios que traerá la reforma laboral, destaca la transformación del contrato a término indefinido en la regla general. Esto significa que los contratos a término fijo estarán limitados a renovaciones hasta por cuatro años; después de ese periodo, deberán convertirse en contratos indefinidos. Una medida que busca estabilizar el empleo y combatir la precarización que sufren muchos trabajadores en el país.
Pero más allá de las modificaciones formales, esta reforma simboliza un intento de equilibrar las relaciones laborales en un contexto donde la desigualdad y la informalidad han erosionado la confianza entre empleadores y empleados. La ciudadanía espera ahora que el último paso -la sanción presidencial- se dé sin mayores dilaciones, para comenzar a materializar lo que podría ser una nueva era en las condiciones de trabajo en Colombia.