📸Cortesía: Mpforero, CC BY-SA 4.0
¿INSEGURIDAD A LA VISTA?
En la madrugada del sábado 21 de junio de 2025, un estremecedor episodio de violencia digital y física sacudió la campaña presidencial en Colombia. La oficina de campaña del exsenador y precandidato presidencial David Luna, en Bogotá, sufrió un hurto que dejó un vacío inquietante: el robo de un computador personal vital para la estrategia electoral.
Aproximadamente a las 4:00 a. m., individuos desconocidos quebrantaron las medidas de seguridad de la sede, logrando ingresar por una ventana y apoderarse de la maquinaria informática de la coordinadora administrativa del equipo. La alerta disparada por el sistema de alarma movilizó a la Policía Nacional, que confirmó el hecho y abrió la investigación pertinente para esclarecer detalles y responsabilidades.
Este acto no es un caso aislado, advierte el propio Luna. El exministro de las TIC y excongresista relató que en los últimos años ha sido blanco de una serie de ataques y hostigamientos: desde la irrupción en la vivienda de su coordinadora en noviembre de 2024, hasta el acceso no autorizado a su propio hogar familiar en diciembre de 2023, sin olvidar las amenazas que persisten desde 2023 y que fueron reportadas ante la Dirección Nacional de Inteligencia.
“Personas desconocidas irrumpieron ilegalmente en nuestra oficina de campaña, vulneraron los sistemas de seguridad y sustrajeron un computador con información estratégica sobre la campaña presidencial”, denunció Luna a través de un video en sus redes sociales, donde el tono mezcla preocupación y determinación. Para él, estos hechos configuran una amenaza real y creciente contra su familia y equipo de trabajo que traspasa el ámbito personal para afectar el escenario político.
El hurto, más allá de un daño material, plantea incógnitas inquietantes sobre la seguridad en el proceso electoral y la protección de datos estratégicos en Colombia. ¿Qué riesgos implica para la democracia el creciente clima de inseguridad que rodea a quienes aspiran a gobernar? Por ahora, las autoridades investigan con premura mientras la campaña se mantiene en vilo, con un mensaje claro: el tiempo dirá si la justicia podrá avanzar entre tantas sombras.