📸 Cortesía: Ministerio de Mionas y Energía
¿ENERGÍA PARA TODOS O PROMESAS AL SOL?
Este viernes 27 de junio de 2025, en el corazón de Santander, el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma Egea, protagonizó una jornada que pretendía ser un impulso definitivo para la transición energética de Colombia. Pero más allá de los anuncios, la pregunta que permanece es: ¿realmente la energía dejará de ser un privilegio para unos pocos?
La agenda oficial arrancó temprano en Sabana de Torres, donde Palma, acompañado de líderes comunales, inauguró el esperado proyecto de gasificación rural en cuatro veredas apartadas que por años han luchado por acceso básico a servicios energéticos. La Unión Sindical Obrera calificó esta gesta como un “avance estratégico” que podría transformar el día a día de estas comunidades marginadas, que hasta ahora han vivido entre la incertidumbre y la promesa incumplida.
Más tarde, en Barrancabermeja, la escena cambió hacia la modernidad con la inauguración de la primera granja solar fotovoltaica en la región, ubicada en el Instituto Técnico Superior Industrial. Esta iniciativa, bajo el lema “Comunidades Energéticas: Democratizando la energía en Colombia”, pretende ser un modelo replicable para integrar a las comunidades en la generación y consumo de energía solar, potenciando un desarrollo sostenible justo donde la industria petrolera dejó opacidad y dependencia.
En medio de estos actos, el Ministerio de Minas y Energía anunció además la socialización del borrador de un proyecto de ley para reducir las tarifas eléctricas, que será radicado próximamente en el Congreso. Según afirmó el ministro Palma, el propósito es claro: “bajar las tarifas, democratizar el mercado e intervenir el sistema”. Este proyecto contempla, entre otras medidas, ajustes en los subsidios para los estratos 1, 2 y 3 y cambios estructurales en la Comisión de Regulación de Energía para abaratar el costo del servicio.
Sin embargo, no pocas voces reclaman cautela. La historia reciente del sector energético en Colombia está llena de promesas que no lograron tocar la realidad de millones. ¿Será esta vez diferente? La ciudadanía observa expectante, mientras la urgencia de una energía asequible y confiable sigue siendo una cuenta pendiente.
¿Podrá el Gobierno convertir en hechos palpables estas iniciativas que buscan romper el círculo de exclusión y desigualdad energética? O, ¿serán solo luces temporales en medio de un panorama donde, a pesar de los avances formales, el vacío persistente afecta a quienes más lo necesitan?