📸 Cortesía: Colprensa
[ESTATUTO DE PAZ TOTAL: ¿Un nuevo capítulo para Colombia?]
Este lunes 15 de mayo de 2023, en Bogotá, el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, anunció una ambiciosa iniciativa destinada a transformar el panorama de la paz y la seguridad en Colombia.
El 20 de julio de 2025, el Gobierno presentará ante el Congreso de la República el Estatuto de Paz Total, un proyecto que busca sentar las bases jurídicas para abordar la compleja realidad de la violencia en el país. Este anuncio tuvo lugar durante la toma de posesión de los viceministros Olga Claros y Yefferson Dueñas, figuras clave para el impulso de la justicia restaurativa y promotora.
La propuesta descansa sobre dos ejes fundamentales. Primero, establece un esquema para someter a la justicia a organizaciones criminales, incentivando la colaboración para desmantelar redes del crimen organizado y narcotráfico. Segundo, plantea un marco jurídico para la desmovilización de grupos insurgentes, regido por los principios de justicia, verdad y reparación, evitando cualquier atisbo de impunidad. “No va a haber impunidad para ningún grupo. Este proceso armoniza el derecho fundamental a la paz con la exigencia de verdad, justicia y reparación para las víctimas”, subrayó Montealegre, dejando claro que la lucha contra el crimen organizado no dará tregua.
Este estatuto, según el ministro, intenta equilibrar el derecho colectivo a la paz con el de las víctimas, conciliando firmeza estatal con apertura al diálogo. “Mano tendida, pero con pulso firme”, citó Montealegre, evocando la histórica frase del expresidente Virgilio Barco.
Sin limitarse al campo penal, el proyecto también pretende fortalecer otros ámbitos de la justicia —civil, de familia, comercial y arbitral— áreas en las que se han señalado deficiencias que requieren atención para construir un sistema más humano y efectivo.
Sin embargo, más allá de las buenas intenciones y la retórica, quedan preguntas abiertas: ¿será capaz este estatuto de superar la fragmentación del conflicto colombiano? ¿Podrá el Congreso y la sociedad encontrar acuerdos sólidos en torno a un tema tan polarizador? Y sobre todo, ¿cómo se garantizará que la justicia abra espacios reales para la verdad y la reparación sin ceder a pactos que erosionen la confianza?
A partir del 20 de julio de 2025, Colombia comenzará a discernir si este proyecto es un paso firme hacia la anhelada paz total o una nueva promesa pendiente en un camino largo y complejo. Pero la esperanza persiste, como una tenue luz en medio de tantas sombras.