📸 Imagen cortesĂa: Ovidio González, Presidencia de la RepĂşblica
ÂżElecciones en vilo o simples fantasmas?
Este miércoles 9 de julio, desde Bogotá, el presidente Gustavo Petro irrumpió en la polémica nacional con una declaración tajante: calificó de “máxima estupidez humana” las acusaciones que lo señalan de intentar aplazar las elecciones de 2026.
La controversia estallĂł tras la adjudicaciĂłn del contrato para la logĂstica electoral a la empresa Thomas Greg & Sons, cuestionada por sectores de la oposiciĂłn, entre ellos el concejal Daniel Briceño, que vieron en los reparos de Petro una maniobra para modificar el calendario electoral. Sin embargo, el mandatario fue categĂłrico en su cuenta oficial de X: su objetivo no es retrasar las votaciones, sino denunciar riesgos concretos para la transparencia del proceso electoral.
Thomas Greg & Sons, una firma con más de una dĂ©cada de participaciĂłn en procesos electorales, fue escogida para liderar la organizaciĂłn logĂstica de las elecciones legislativas y presidenciales de 2026. Esta misma empresa estuvo a cargo de expedir pasaportes hasta agosto, y su software fue señalado por la justicia colombiana como responsable de irregularidades en elecciones anteriores. Petro ha expresado su desconfianza hacia la firma y ha exigido que los partidos polĂticos tengan acceso para auditar el software electoral.
El calendario oficial, presentado por la RegistradurĂa Nacional y respaldado por la ProcuradurĂa y la FiscalĂa, mantiene las elecciones al Congreso programadas para el 8 de marzo y las presidenciales para el 31 de mayo de 2026, sin modificaciones a pesar de las suspicacias. La ciudadanĂa observa con atenciĂłn esta disputa, que pone en jaque la confianza en las instituciones y la integridad del sistema democrático.
ÂżSerá posible aclarar esta sombra que pone en tela de juicio la transparencia electoral? Mientras tanto, el paĂs se enfrenta a un dilema: preservar la certeza de sus procesos democráticos o ceder ante la incertidumbre que erosiona la confianza colectiva.