La ayuda global en salud cae a su nivel más bajo en 15 años por recortes de grandes potencias

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Recortes que pesan: la salud global en retroceso

Este miércoles 16 de julio de 2025, la alerta recorrió pasillos internacionales. La financiación global para la salud cayó a su nivel más bajo en 15 años —un golpe que amenaza a millones—, según un informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y agencias humanitarias de Naciones Unidas.

Las cifras hablan con crudeza: Estados Unidos, mayor donante histórico responsable de casi el 40% de toda la ayuda mundial, recortó un 67% su contribución con respecto al año anterior. Este cambio radical fue acompañado por una suspensión abrupta de la asistencia internacional y la eliminación de las estructuras federales que supervisaban dichos programas. En paralelo, Reino Unido redujo su aporte en un 40%, conforme a decisiones aprobadas en su Parlamento. Alemania, Francia y Países Bajos también se sumaron a esta ola de recortes, desencadenando una caída aproximada de 74.000 millones de dólares respecto a 2023, casi un tercio menos de la ayuda global que se canalizaba en años recientes.

Estos ajustes no son solo números sobre papeles. El informe de la OMS revela que el 70% de sus oficinas en países de bajos y medianos ingresos sienten ya el impacto directo, con la reducción o suspensión de la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) en salud. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, advirtió con preocupación: “Estos resultados dibujan un panorama preocupante sobre los efectos de los recortes repentinos e imprevistos de la ayuda en la salud de millones de personas.”

Detrás de estas cifras se esconden programas vitales en riesgo. Vacunaciones infantiles, tratamientos para el VIH/SIDA y el combate contra epidemias que afectan a las poblaciones más vulnerables podrían ver su futuro comprometido. Expertos temen que este retroceso provoque un aumento significativo de muertes evitables y un paso atrás en los avances en salud pública global.

¿Qué motiva estos fuertes recortes en plena era de crisis sanitaria y desigualdad? La respuesta apunta a decisiones políticas internas en estas potencias occidentales, que priorizan ajustes económicos y cambios estratégicos en su cooperación internacional. Sin embargo, esta contracción no solo erosiona la confianza de los países receptores, sino que también interpela el compromiso global frente a problemas de salud cuya solución requiere colaboración concertada.

Este lunes, la comunidad internacional se enfrenta a una duda inquietante: en un mundo interconectado donde las epidemias no respetan fronteras, ¿pueden las decisiones presupuestarias de unos pocos devolvernos un escenario de vulnerabilidad sanitaria global? Mientras tanto, la urgencia persiste: millones de personas esperan que la salud no se convierta en otra víctima de la austeridad.

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