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¿Adiós a la ayuda? Un recorte que abre heridas
Este jueves 17 de julio de 2025, en Washington D.C., la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por un estrecho margen una controvertida reducción en la ayuda extranjera y el financiamiento de medios públicos.
Con 216 votos a favor y 213 en contra, la decisión responde a la solicitud del presidente Donald Trump dentro de un paquete que eliminará cerca de 9.000 millones de dólares del gasto federal. Entre los afectados, se encuentran programas esenciales de asistencia internacional, apoyos a la democracia en países en desarrollo y fondos para radiodifusión pública. Sin embargo, tras intensas negociaciones, el programa PEPFAR, clave en la lucha contra el VIH/SIDA, consiguió asegurar 400 millones de dólares.
Los recortes golpean con fuerza a la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) y a proyectos humanitarios que proveen refugio, agua y servicios básicos en zonas golpeadas por conflictos y desastres naturales. Especialmente vulnerables son los programas destinados a fortalecer economías e instituciones democráticas, que pierden más de 4.000 millones en financiación. Este descenso abrupto suscita inquietudes sobre el futuro del apoyo estadounidense en territorios donde la estabilidad pende de estos recursos.

Es la primera vez en décadas que una petición de rescisión de esta magnitud logra el aval del Congreso, reflejando las prioridades de la administración Trump por “recobrar la cordura fiscal”, en palabras del presidente de la Cámara, Mike Johnson. “Un paso pequeño pero crucial hacia la sensatez en el gasto público”, añadió el líder de la mayoría en el Senado, John Thune.
La Casa Blanca presenta este paquete como un “caso de prueba”, anticipando que la aprobación podría desatar nuevas rondas de recortes en el gasto federal. Mientras tanto, demócratas y defensores de los programas humanitarios alertan sobre el impacto que estas decisiones podrían tener en millones de vidas, denunciando la erosión de compromisos internacionales que se construyeron durante años.
¿Será este el inicio de una era donde la austeridad avance a costa de la solidaridad global? La incertidumbre se cierne, y junto a ella, la pregunta que debería resonar en los pasillos del Capitolio: ¿a qué costo?