📸 Imagen cortesĂa Getty Images. / Long Visual Press
ÂżColapso a la entrada de Antioquia?
Un mar de rostros cansados y colas interminables reciben al viajero que pisa MedellĂn a travĂ©s del aeropuerto JosĂ© MarĂa CĂłrdova. Desde mediados de julio de 2025, la principal puerta aĂ©rea de Antioquia se ha convertido en un epicentro de desesperaciĂłn para miles de turistas internacionales, quienes, contra reloj y paciencia, enfrentan esperas que se extienden hasta cinco o seis horas para cruzar el trámite migratorio.
La crisis, que brota en las salas de migraciĂłn y se extiende a las calles de Rionegro, tiene nombre propio: insuficiencia de personal y una infraestructura limitada que no da abasto ante el flujo diario de entre 12.000 y 14.000 pasajeros internacionales. Nueve funcionarios, a veces menos, son los encargados de atender esta avalancha humana, segĂşn cifras oficiales que no pueden dejar indiferente a nadie. Varios testimonios recogidos por medios nacionales describen escenas de caos y ansiedad, con viajeros atrapados en filas aparentemente eternas, donde la espera se convierte en un enemigo palpable.
Frente a esta realidad, Migración Colombia reconoció, el 17 de julio, ser “consciente de las limitaciones” en esos momentos punta, particularmente durante las franjas horarias de mayor afluencia de vuelos. Sin embargo, la respuesta oficial ha sido una promesa dilatada : la ampliación del personal y la mejora de la capacidad se ejecutarán de forma gradual, respetando leyes y trámites administrativos, sin planes inmediatos para reforzar el equipo ni crear nuevos puntos de atención. La recomendación a los usuarios ha sido entonces un recurso tecnológico —usar las plataformas Biomig y Check-Mig— para adelantar y acelerar estos procesos.
Desde la AlcaldĂa de MedellĂn, bajo el liderazgo de Federico, hay inquietud y un llamado urgente al Gobierno Nacional y a MigraciĂłn Colombia. La administraciĂłn local ha ofrecido apoyo logĂstico y operativo para mitigar la crisis que amenaza con empañar la imagen turĂstica justo en vĂsperas de eventos cruciales como Colombiamoda y la feria de las Flores. Sin embargo, y dados los reiterados llamados, —el Ăşltimo efectuado el 21 de julio— la respuesta oficial sigue siendo aguardada, manteniendo la incertidumbre en el aire.
ÂżPodrá esta cadena burocrática y la insuficiencia estructural sostener el ritmo que exige el turismo internacional? ÂżO se mantendrá el vacĂo institucional, mientras el cansancio y la frustraciĂłn se siembran a la entrada de Antioquia? La crisis del JosĂ© MarĂa CĂłrdova no es solo una anĂ©cdota aeroportuaria: habla del pulso que tiene la ciudad para recibir al mundo en un momento clave. Y, mientras tanto, los viajeros siguen marcando la hora bajo un sol que parece no dar tregua.