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¿Silencio mortal en Llanaditas?
Una mancha de sangre más en el mapa del horror LGBTIQ+.
Medellín, 29 de julio de 2025. En una casa del barrio Llanaditas, comuna 8, amaneció Ángelo Posso, un hombre trans de 43 años, sin vida. El cuerpo de Ángelo mostraba heridas profundas por arma cortopunzante en brazos, piernas y manos: marcas de resistencia, de un pulso por no entregar la vida tan fácil, heridas que cuentan una última lucha solitaria.
Ángelo, conocido activista en la comunidad LGBTIQ+, vivía solo. Fueron vecinos quienes, alertados por manchas de sangre saliendo de la vivienda y la ausencia prolongada del hombre, dieron aviso a las autoridades. La escena habla por sí misma: vidrios rotos, indicios de un ingreso forzado, un lugar violentado al igual que su habitante. La Sijín confirmó que el arma blanca hirió a Ángelo, quien se defendió hasta donde pudo.
El brigadier general William Castaño Ramos señaló que Ángelo tenía conflictos recientes con algunos vecinos, pero las razones que llevaron a ese fatal desenlace permanecen en la penumbra. Cámaras de seguridad y palabras de testigos intentan ahora armar un rompecabezas de violencia y prejuicio.

Caribe Afirmativo, voz de la comunidad y defensora de derechos, ha puesto el grito en el cielo: exigir que no se olvide la identidad de género como posible móvil de este crimen que suma ya 51 homicidios y feminicidios contra personas LGBTIQ+ en Colombia este año. La Fiscalía y la Alcaldía están en la mira, con la comunidad esperando respuestas que no lleguen a destiempo.
Ángelo no es un número más, es una vida rota que interpela a una sociedad que, a pesar de los años, sigue sumida en la sombra de la intolerancia. ¿Hasta cuándo seguirá la impunidad erosionando la esperanza de justicia?