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¿Justicia en el banquillo?
Este viernes 1 de agosto de 2025, Bogotá se convirtió en el epicentro de una sentencia sin precedentes: Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia, fue condenado a 12 años de prisión por soborno en actuación penal y fraude procesal.
La jueza Sandra Liliana Heredia, del Juzgado 44 Penal del Circuito de Bogotá, firmó un fallo histórico que por primera vez coloca a un exmandatario colombiano detrás de las rejas por delitos relacionados con la manipulación de la justicia. Según la Fiscalía General de la Nación, Uribe intentó influir en testigos y alterar el curso de una investigación que le atribuye nexos con grupos armados ilegales en Antioquia durante los años noventa, una acusación que hunde raíces profundas en el turbulento pasado del país. Además de la prisión, la sentencia incluye una inhabilitación para ocupar cargos públicos y una multa económica relevante.

Este caso, que se ha extendido durante más de una década, comenzó en 2012 cuando el entonces senador Iván Cepeda presentó ante la Corte Suprema testimonios de exparamilitares implicando al expresidente. La formalidad de la investigación llegó en 2017 y, después de años de audiencias, retrasos y suspenso, la justicia emitió su veredicto en medio de un despliegue de seguridad que reflejaba la magnitud del momento.
La repercusión no tardó en llegar. Horas antes del fallo, Tomás Uribe, hijo del condenado, encendió la polémica en redes con un mensaje crítico hacia el sistema judicial y la clase política, aludiendo a supuestas injusticias y doble varas en el país. Aunque borró su publicación, la discusión que generó dejó en evidencia la crisis de confianza y polarización que atraviesa Colombia.
Mientras la defensa ya anuncia una apelación, la sociedad observa y se pregunta: ¿Podrá la justicia colombiana avanzar, sobreponerse a las sombras del poder y ofrecer un camino de transparencia? Este fallo podría ser un hito para un país que ha visto dilatar en el tiempo la búsqueda de rendición de cuentas, pero el reto de sanar heridas profundas apenas comienza.
Cuenta de X Tomás Uribe Moreno