📸 Imagen cortesía: Cuenta de X Centro Democrático
¿Marcha o mandato?
Este jueves 7 de agosto de 2025, en medio del aniversario 206 de la emblemática Batalla de Boyacá, Colombia se prepara para una movilización nacional de proporciones políticas. Simpatizantes del expresidente Álvaro Uribe Vélez, liderados por su partido Centro Democrático, han convocado a marchas en varias ciudades para manifestar su apoyo y reclamar justicia.
El epicentro de la protesta se extiende por Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Cartagena, junto a otras capitales departamentales. Allí, congresistas y dirigentes del partido han confirmado su presencia y liderazgo. La convocatoria oficial del Centro Democrático, difundida en comunicados y redes sociales, gira en torno al lema “Marchamos por Álvaro Uribe, por la democracia y las libertades en Colombia”.
La chispa que desencadena esta movilización es la reciente condena en primera instancia contra Uribe, quien enfrenta una sentencia de 12 años de prisión domiciliaria por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal. Además, la decisión judicial lo inhabilita para ejercer cargos públicos durante ocho años, una sanción que ha sacudido la arena política y social nacional.
Desde el Centro Democrático, se insiste en que, aunque respetan las instituciones y confían en la justicia, consideran que se está condenando a “un hombre inocente, el líder que salvó Colombia”. Voces prominentes como la senadora María Fernanda Cabal y el representante José Jaime Uscátegui han reiterado el carácter pacífico y democrático de la protesta, que buscan defender la democracia ante lo que tildan de fallo injusto. Activistas como Jaime Arizabaleta han sumado sus llamados, movilizando a la ciudadanía a través de las redes sociales.
Esta jornada, que se presenta como un pulso entre poder judicial y respaldo popular, plantea interrogantes profundas: ¿qué significa para Colombia que un expresidente haya sido condenado por estos delitos? ¿Podrá esta movilización influir en el curso del proceso judicial? La tensión política y social se palpa en el aire, mientras el país observa entre expectante y dividido cómo se dibuja este capítulo de su historia contemporánea. ¿Será esta la antesala de un nuevo ciclo de confrontación o de diálogo? La incertidumbre persiste.