📸 Imagen cortesía @Movistar_Team
¿Adiós prematuro en Burgos?
El viernes 8 de agosto, Nairo Quintana, emblemático ciclista colombiano del Movistar Team, decidió abandonar la Vuelta a Burgos, luego de una dura caída en la tercera etapa de esta carrera española. La noticia llegó como un golpe inesperado, sembrando dudas sobre su participación en la próxima Vuelta a España, que está programada para comenzar el 23 de agosto.
La jornada del jueves quedó marcada por un accidente durante la salida neutralizada entre el Monasterio de San Pedro de Cardeña y Valpuesta. Allí, Quintana sufrió lesiones visibles: un vendaje en el brazo derecho y heridas en la espalda que le causaron un evidente dolor mientras completaba la etapa. A pesar de la dificultad, cruzó la meta en la casilla 72, a más de 12 minutos del ganador francés Léo Bisiaux. Sin embargo, estas heridas terminaron por impedir que tomara la salida al día siguiente en Doña Santos, según informó oficialmente Movistar desde la mañana del viernes.
Este abandono no es un hecho aislado. Es el tercero en la temporada 2025 para Quintana, y todos han ocurrido en territorio español, un dato que agudiza la preocupación dentro del equipo. La situación se torna todavía más delicada para Movistar, que simultáneamente perdió a su otro líder, Enric Mas, debido a una flebitis que exige reposo absoluto. Con estas bajas, el conjunto español ve mermadas sus opciones para la Vuelta a España, y el futuro inmediato de Quintana depende ahora de la evolución de sus heridas y de los partes médicos aguardados con atención.
Las palabras del propio equipo en redes sociales resumían el ánimo: “Tras la caída sufrida ayer, Nairo Quintana no partió en la jornada de hoy. ¡Mejórate, capo!”. Pero la pregunta persiste entre aficionados y expertos: ¿Podrá el boyacense volver a las carreteras con la fuerza que alguna vez lo coronó? La incertidumbre se cierne, esperando que el calendario y el cuerpo permitan a Quintana escribir un nuevo capítulo en la historia de un corredor que siempre ha sido la esperanza colombiana en las grandes vueltas.
Mientras tanto, la Vuelta a Burgos queda marcada no solo por la competición deportiva, sino por el dolor y la fragilidad que exhibe el deporte ante una caída que va más allá del asfalto. ¿Habrá tiempo para la recuperación? ¿Movistar podrá encontrar un relevo al peso de sus líderes? Son preguntas que este agosto todavía no tienen respuesta, y que hacen de este abandono un punto de inflexión con nombre propio.