📸 Imagen cortesía: Cuenta de Instagram The Real Donald Trump
¿Más homicidios en Washington que en Bogotá?
Una cifra revolvió la rueda del poder en agosto de 2025.
Este 11 de agosto, en una sala de prensa de la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump confirmó una medida drástica: la intervención federal en la Policía Metropolitana de Washington, D.C. La Guardia Nacional fue movilizada como respuesta a los alarmantes índices de homicidio. Trump sustentó su decisión con un dato contundente, acompañado de un gráfico: en 2024, la capital estadounidense registró 27.54 homicidios por cada 100,000 habitantes, frente a 15.2 en Bogotá, cifra que también supera a la Ciudad de México e Islamabad.
Las cifras oficiales parecen darle la razón. El Departamento de Policía Metropolitana (MPD) reportó 274 homicidios en Washington en 2024, lo que equivale a una tasa aproximada entre 27.3 y 27.54 por cada 100,000 habitantes. Mientras tanto, el informe “Bogotá, Cómo Vamos” sitúa la tasa en la capital colombiana entre 15.1 y 15.2 por 100,000 para el mismo año. Sin embargo, las lecturas no son tan simples. A pesar de la comparación dramática, los datos preliminares del MPD al 12 de agosto de 2025 muestran que los homicidios de este año ya están por debajo de los de 2024, reflejando una reducción del 32% respecto al año anterior y una tendencia general a la baja en los crímenes violentos en la ciudad.
Expertos en criminología y políticas públicas advierten que esta comparación selectiva puede dar un marco distorsionado a la realidad. Al elegir ciudades latinoamericanas para referirse a la tasa de homicidios, se acentúa una “crisis de inseguridad mundial” que difícilmente tiene en cuenta los contextos sociales, demográficos y las tendencias locales. En Washington, el descenso progresivo de homicidios en un panorama más amplio queda eclipsado por un dato puntual y mucho más visible para el público estadounidense.
Así, los números no solo cuentan historias de violencia, sino también de interpretación y narrativa política. En medio del despliegue militar para “recuperar el orden” en Washington, la ciudadanía queda con la pregunta: ¿refleja esta intervención un problema real o es un episodio más en la estrategia de actuación política basada en el miedo? Mientras tanto, Bogotá observa desde lejos un espejo roto que invita a mirar con más cuidado los ecos de la seguridad urbana en un mundo cada vez más complejo. ¿Podrá esta crisis global (o local) encontrar respuestas que vayan más allá de las cifras y los titulares?