📸 Imagen cortesía D.R.A
El Guerrero de la memoria
Este miércoles 13 de agosto de 2025, la Catedral Primada de Bogotá se convirtió en un espacio de recogimiento y homenaje para la figura del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, asesinado en circunstancias que aún conmueven al país. En un acto cargado de emoción y simbolismo, familiares, amigos, líderes políticos y ciudadanos comunes se congregaron para despedir a un hombre cuya vida fue una lucha constante por sus ideales.
El corazón de la ceremonia latió al ritmo de “El Guerrero”, canción de Yury Buenaventura que resonó entre las paredes centenarias del templo. La pieza, mezcla de bolero y salsa, fue elegida no por casualidad: representa la fortaleza y el espíritu incansable que definieron a Uribe Turbay en su paso por la vida pública. En sus letras, se escucha un clamor de resistencia frente a la adversidad, un eco del dolor y el amor por la patria que identificaron a quien hoy parte prematuramente.
Testigos del homenaje cuentan que la música se volvió un puente entre el llanto y la esperanza, entre la pérdida y la determinación. “Miguel siempre fue un guerrero en el escenario político, enfrentando con dignidad incluso los momentos más sombríos”, expresó uno de sus allegados, mientras la emotiva interpretación convocaba lágrimas y aplausos en igual medida.
Desde su lanzamiento en 2018, “El Guerrero” ha sido un himno para quienes batallan día a día por sus convicciones. Su autor, Yury Buenaventura, ha declarado en múltiples ocasiones que la canción es “un canto para quienes no renuncian, para quienes resisten y luchan”. Hoy, ese mensaje cobra nueva fuerza, en un país donde la violencia política no cesa de oscurecer esperanzas.
Mientras la nación observa en silencio este adiós, la música y el recuerdo de Miguel Uribe Turbay siembran preguntas incómodas: ¿cómo avanzar cuando la justicia se ve amenazada por la violencia? ¿Qué legado queda cuando el guerrero se apaga? La respuesta, quizás, reside en la misma canción que hoy lo despide: en la perseverancia, en la memoria y en la lucha que continúa, más allá del dolor.