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La desaparición de Valeria Afanador, niña de 10 años con síndrome de Down, tiene en vilo a Colombia. La menor fue vista por última vez el 12 de agosto de 2025 durante el recreo en el Gimnasio Campestre Los Laureles, ubicado en Cajicá, Cundinamarca. Cámaras de seguridad la registraron entrando a una zona de arbustos contigua al río Frío, pero nunca se le observó salir de allí. Desde entonces no se tiene noticia de su paradero.
El caso ha generado un despliegue masivo de búsqueda: más de 200 rescatistas y uniformados del Ejército, la Policía, la Defensa Civil y los Bomberos han recorrido zonas rurales y urbanas, con apoyo de perros rastreadores, drones, cámaras térmicas, buzos y lanchas. Hasta ahora, los operativos no han dado resultados.
La recompensa por información que permita ubicar a la menor se elevó a 70 millones de pesos, mientras la Interpol activó una alerta amarilla internacional para extender la búsqueda a otros países.
Aunque en un inicio se contempló la hipótesis de un accidente en el río, las autoridades consideran cada vez más probable que se trate de un caso de desaparición forzada. El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, confirmó esta mañana en una entrevista radial que el caso de Valeria Afanador apunta a una desaparición forzada. El mandatario precisó que, hasta el momento, la familia de la menor no ha recibido ningún tipo de extorsión, ni antes ni después de los hechos, que mantienen conmocionada a la comunidad de Cajicá y al país entero.
La desaparición ha despertado la solidaridad ciudadana: vecinos, padres de familia y colectivos realizaron marchas en Cajicá con pancartas, globos y camisetas blancas exigiendo el regreso de Valeria. Entre tanto, la familia de la menor, que ya cuenta con un abogado de derechos humanos para acompañar el proceso, pide a la ciudadanía no dejar de buscarla y entregar cualquier información que contribuya a esclarecer su paradero.
El caso sigue abierto y bajo máxima prioridad de las autoridades.