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¿Bucaramanga se viste de fiesta otra vez?
Este 2025, la capital santandereana reabre sus puertas al encuentro, la cultura y la alegría. Del 5 al 15 de septiembre, La Feria Bonita, en su edición número 76, promete ser el epicentro de un vibrante mosaico de expresiones que convoca a propios y visitantes.
Un abanico de más de 70 actividades gratuitas desplegará sus colores y sonidos en plazas, teatros y parques de Bucaramanga. Desde conciertos con figuras como Yeison Jiménez, Pipe Bueno y Grupo Niche hasta el encuentro del Festival de la Familia con artistas urbanos como Redimi2, la ciudad se propone no solo entretener, sino también reafirmar su identidad cultural. La Alcaldía junto al Instituto Municipal de Cultura y Turismo toman las riendas para consolidar a la ciudad como un referente turístico y artístico en la región.
Más allá de la música, las calles se llenarán de aromas con el Burger Fan Fest y GastroFusión, muestras que evocan la diversidad gastronómica regional. Los desfiles de autos clásicos y motos de alto cilindraje, la feria artesanal y festivales de música andina y salsa son rituales que manifiestan la riqueza cultural local. Entre el 12 y 14 de septiembre, la Feria Turística del Oriente Colombiano y la tradicional Feria Ganadera en CENFER incluso atraerán a un público especializado y familiar.
Entre los eventos más esperados resalta el concierto de Silvestre Dangond el 13 de septiembre en el Estadio Américo Montanini, que, sumado a la oferta del Festival Carranga y Pumpa Fest, apunta a conectar generaciones y estilos dentro de una ciudad que busca, año tras año, germinar comunidad a través del arte y la cultura.
Pero, ¿qué significa para Bucaramanga esta feria? No es solo un calendario de diversión, sino un esfuerzo estratégico para visibilizar el patrimonio intangible, atraer turismo y dinamizar la economía local. Sin embargo, la pregunta que queda flotando es si este despliegue logra traspasar las barreras del espectáculo para generar un impacto duradero en la cohesión social y la identidad colectiva.
El próximo septiembre, entonces, no solo será un tiempo de celebración, sino también un espejo en el que Bucaramanga podrá mirar cuánto ha crecido y cuánto aún necesita apostar por sus propias raíces. ¿Podrá la Feria Bonita consolidar esa aspiración y transformar la experiencia cultural en motor de cambios significativos? Las canciones, sabores y rostros que se asomen durante esos días intentarán responderlo.