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[BUGGIES EN PARQUE NORTE: ADRENALINA EN FAMILIA]
Nuevas ruedas giran en el corazón de Medellín.
Este septiembre de 2025, el Parque Norte incorporó los buggies recreativos a su oferta de entretenimiento, un paso que trasciende la simple diversión para convertirse en una apuesta por renovar los espacios públicos en clave de aventura segura y familiar.
La iniciativa, gestada por Metroparques en alianza con el sector privado, busca ofrecer emociones controladas a visitantes de todas las edades. Milton Vasco, su gerente, explica con claridad: “Queremos que el Parque Norte sea más que un parque, un punto de encuentro donde la innovación y la recreación se conjuguen para ofrecer experiencias inolvidables, siempre pensando en la seguridad y el disfrute de las familias medellinenses”.
Por quince mil pesos, cada persona podrá manejar un buggy durante cinco minutos en circuitos diseñados para mezclar emoción y tranquilidad. La condición de una estatura mínima de 1.40 metros no es arbitraria: es un filtro necesario para garantizar que cada participante pueda disfrutar con responsabilidad. Además, antes de arrancar, se imparte una inducción rigurosa sobre el manejo y el uso obligado de casco, protector de cuello, cinturón y guantes, protocolos que no solo buscan minimizar riesgos, sino crear confianza.
Esta ampliación de la oferta lúdica responde a un estudio meticuloso de la demanda: una sociedad ansiosa por experiencias seguras que combinen tecnología, adrenalina y tiempo de calidad en familia. Así, Parque Norte se posiciona no solo como un pulmón verde, sino como un escenario renovado donde la tradición de esparcimiento se reinventa.
Las puertas están abiertas desde el inicio de septiembre y la invitación es clara: acercarse a taquillas para asegurar un espacio, pues la expectativa entre visitantes promete llenar rápidamente las primeras semanas.
¿Podrá esta novedad convertirse en el nuevo referente de la recreación urbana en Medellín? Mientras tanto, las ruedas giran y con ellas, la promesa de un ocio distinto, que no olvida ni la emoción ni la responsabilidad.
