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¿James, ícono eterno?
Este jueves 4 de septiembre de 2025, en el vibrante Metropolitano de Barranquilla, James Rodríguez volvió a encender la esperanza de un país entero. Con un gol que rompió el silencio ante Bolivia, aseguró a Colombia un lugar directo en la Copa Mundial de 2026, un hito que será recordado en años venideros.
La noche estuvo cargada de historia y emoción. James, con 34 años y ya 117 partidos vistiendo la camiseta nacional, volvió a liderar con maestría esa Tricolor que tantas veces ha inspirado. Fue su décimo cuarto gol en las Eliminatorias Sudamericanas, superando a Radamel Falcao y convirtiéndose en el máximo artillero colombiano en esta dura competencia. Este gol no solo selló el 3-0 definitivo, sino que fue la demostración palpable de un líder en plenitud física y mental, guiado por el entrenador Néstor Lorenzo hacia un sueño que parecía esquivo hace pocos meses.
No es la primera vez que James se hace grande bajo presión. Su carrera con la Selección es un relato tejido con momentos gloriosos y también con adversidades. Desde aquel fulgurante debut en 2011, se ha convertido en un pilar indiscutible. Recordemos Brasil 2014, cuando fue una revelación mundial al conquistar la Bota de Oro con seis goles, llevando a Colombia a semifinales, la mejor marca histórica del país en mundiales. La copa de 2018 en Rusia fue menos generosa para él, las lesiones limitaron su presencia, pero nunca su compromiso.
Esta clasificación no fue sencilla. Colombia luchó hasta la penúltima jornada, enfrentando rivales y una presión que ha erosionado a otras generaciones. Pero James condujo a su equipo con la calma y la inspiración de un verdadero capitán. Más que un goleador, es el símbolo de una generación que aspira a consolidar un legado, a trascender las sombras del pasado y a encender la ilusión de millones.
La pregunta que queda en el aire es inevitable: ¿podrá James Rodríguez repetir la magia en Estados Unidos, México y Canadá? El mundo del fútbol colombiano ya sabe que, mientras James conserve esa entrega y brillo, la esperanza seguirá intacta. Pero como siempre, el camino mundialista es incierto y la gloria, exigente. Lo único cierto es que James sigue siendo la luz que ilumina el sueño tricolor, una voz que se niega a apagarse. ¿Qué nos deparará esta tercera aventura mundialista? El tiempo, solo el tiempo, lo revelará.
