📸 Imagen cortesía Alcaldía de Medellín
¿Medellín late más fuerte?
La cifra habla por sí sola: 168.156 voces se alzaron en Medellín para decidir el futuro más cercano de su ciudad. En la jornada de Presupuesto Participativo de 2025, la capital antioqueña alcanzó un récord histórico en participación ciudadana, superando en un 74,2 % el número de votantes del año anterior.
Entre el 30 de agosto y el 7 de septiembre, los medellinenses se volcaron a las urnas, físicas y virtuales, para definir en qué invertir el 5 % del presupuesto de libre destinación del Distrito. Una cifra impresionante, que no solo revela un creciente interés por el destino de recursos públicos, sino que además muestra una comunidad cada vez más integrada a las herramientas digitales: 153.008 votos llegaron por canales virtuales, duplicando la participación online de 2024, mientras que otros 15.150 se emitieron en los 195 puntos presenciales distribuidos por toda la ciudad.
Este salto en participación es también un reflejo directo del trabajo intenso y constante de la Alcaldía de Medellín, que desplegó más de 400 actividades pedagógicas para informar y motivar a la ciudadanía a involucrarse en este ejercicio democrático, evidenciando que la confianza en el proceso y el sentido de pertenencia están lejos de apagarse.
Las comunas Popular, Manrique, Castilla, Robledo y Belén emergieron como las protagonistas, con sus habitantes priorizando proyectos que responden a necesidades reales y palpables: desde la alimentación y la educación superior hasta la salud y el deporte. “Las comunas se movilizaron por sus proyectos. Medellín volvió a confiar en el Presupuesto Participativo y eso demuestra la fortaleza de nuestra democracia local”, aseguró Camilo Cano Montoya, secretario de Participación Ciudadana.
Detrás de este récord hay un tejido de voluntad y vigilancia: el proceso fue custodiado para garantizar transparencia y legitimidad, con el acompañamiento de organismos sociales y técnicos que ratificaron la validez de los resultados. Sin duda, Medellín no solo suma cifras, sino que construye confianza. ¿Será este un indicio de que la democracia local puede profundizarse aún más en los años que vienen? Por ahora, queda claro que la ciudad volvió a encontrarse a sí misma en las urnas, uniendo voces y esperanzas para trazar su propio camino.