📸 Imagen cortesía FIFA
¿Águilas al vuelo mundialista?
Este lunes 8 de septiembre de 2025, con un suspiro de alivio y júbilo, la selección nacional de Túnez logró asegurarse un puesto en el Mundial de Fútbol de 2026 tras un dramático triunfo en Malabo.
En el Estadio Nacional de Malabo, frente a una Guinea Ecuatorial que luchó cada minuto, Mohamed Ali Ben Romdhane marcó el gol definitivo en el minuto 94, aprovechando un desliz defensivo que desbloqueó un partido cerrado y de escasas opciones. Esa única anotación selló el 1-0 que clasificó a las Águilas de Cartago para su séptima Copa del Mundo, convirtiéndolas en el segundo país africano en confirmar su presencia en el torneo que se disputará entre Estados Unidos, México y Canadá del 11 de junio al 19 de julio de 2026.
El camino hacia este momento fue firme y decidido. Dirigido por el técnico Sami Trabelsi, Túnez dominó el Grupo H de las eliminatorias africanas con 22 puntos acumulados a través de siete victorias y un empate. Ni sus rivales —Santo Tomé y Príncipe, Malaui, Guinea Ecuatorial, Namibia y Liberia— pudieron arrebatarle un liderato ya inalcanzable. Solo un empate frente a Namibia rasgó la perfección del registro.
Esta victoria no solo confirma a Túnez como un actor estable en la élite mundial: es la tercera clasificación consecutiva tras sus apariciones en Rusia 2018 y Catar 2022, un signo de persistencia y crecimiento en un continente que ansía dejar huella en el mapa del fútbol global.
Mientras tanto, el listado de equipos confirmados ya suma 18, entre ellos las naciones anfitrionas y potencias americanas como Argentina, Brasil y Colombia, estableciendo un mosaico competitivo que promete una Copa del Mundo vibrante y diversa.
Pero más allá del marcador y las estadísticas, esta gesta tunecina plantea interrogantes sobre el futuro del fútbol africano: ¿podrán las Águilas de Cartago trascender esa amenaza latente de quedarse en el trayecto y avanzar con paso firme entre las sombras de la competencia mundial? La pelota, una vez más, empieza a rodar entre esperanza y desafío.
