📸 Imagen cortesía D.R.A
¡Sin auxilio en la emergencia!
Este martes 9 de septiembre de 2025, el Urabá antioqueño enfrenta una crisis que pone en jaque la seguridad de su gente: los cuerpos de bomberos de Apartadó y Mutatá denuncian una paralización por falta de recursos y contratos.
Hace apenas ocho días, la impotencia se hizo palpable cuando los bomberos de Apartadó no pudieron apoyar la búsqueda de dos personas desaparecidas en el río Sucio, en una emergencia remitida desde Dabeiba. El comandante Elkin Echavarría lo resumió con dolor: “No contábamos con los recursos mínimos para atender la emergencia”. La falta de gasolina y la ausencia de brigadas evidencian una falla estructural que no es nueva. En Mutatá, la situación es aún más crítica: el cuerpo de bomberos opera sin contratos ni financiación, lo que ha impedido responder ante diversos incidentes, incluyendo la tragedia en el corregimiento de Pavarandó, donde la muerte de un menor no pudo ser acompañada con un traslado digno a Medicina Legal por la falta de apoyo logístico.
No son solo cifras o reportes: detrás de esta crisis hay historias humanas desgarradoras. Bomberos en Apartadó, héroes sin sueldo, han sido desalojados de sus hogares tras meses sin recibir ingresos. En un giro aún más sombrío, estos socorristas trabajan en condiciones precarias, sin afiliación a la seguridad social ni seguro médico, exponiéndose a riesgos que nadie debería afrontar desprotegido.
Ante la gravedad, Jhonny Valencia, secretario de Hacienda de Apartadó, no oculta la verdad: “Hay un déficit presupuestal y problemas en la contratación que nos limitan para apoyar financieramente a los bomberos”. La ausencia de recursos y respaldo institucional choca con la implacable realidad de las emergencias que, día tras día, exigen una respuesta que hoy no llega.
Este apagón administrativo y financiero resquebraja la confianza y deja una pregunta abierta que retumba en la conciencia colectiva: ¿cómo proteger a una comunidad cuando quienes deben salvarla están desamparados? El reloj no se detiene ante la falta de contratos o combustible. La urgencia, como siempre, es humana y contundente. ¿Hasta cuándo?