📸 Cortesía: IG @pablogarna
[UN GIRO LUMINOSO]
Este septiembre de 2025, un influencer católico español renuncia a la fama digital para abrazar la fe.
Pablo García, modelo, empresario y creador de contenido con cerca de 700 mil seguidores, anuncia el fin de su carrera en la moda y las redes sociales para ingresar al Seminario Diocesano de Getafe. Este cambio radical no solo sorprendió a su audiencia, sino que también abrió una ventana hacia la complejidad de una búsqueda interior que va más allá del éxito efímero.
García, natural de Granada y con 35 años, ha sido rostro reconocido en el mundo del deporte, la moda y la divulgación sobre fe. Sin embargo, en un emotivo video publicado en sus plataformas, confesó que su verdadero éxito reside en “vivir la vida que Dios pensó para mí”. Para él, la trascendencia no está en los “likes”, el dinero o la admiración callejera, sino en un llamado que se impone con fuerza, difícil de ignorar: “El Señor, cuando llama a la puerta, no te deja otra opción”, admitió.
El anuncio, hecho en la misma semana en que comienzan las formaciones eclesiásticas en España, revela un proceso de discernimiento marcado por “inquietudes y renuncias” que cruzan la duda con la paz interior. “Pierdo muchas cosas, sí, pero gano otras más importantes. Temo perderme la vida si no doy este paso”, relató el influencer a sus seguidores, en una mezcla de sinceridad y esperanza que contrasta con la fugacidad del mundo digital.
En su mensaje de despedida, García valoró el tiempo dedicado a la escena pública: “Ha sido un periodo en el que he aprendido muchísimo. Me lo he gozado y me llevo personas extraordinarias, pero ahora toca cerrar este capítulo”. Su decisión, que cobra significado más allá de la fama, invita a reflexionar sobre los ritmos interiores que presionan contra la superficialidad y la exposición constante.
¿Será este alejamiento del ruido digital un síntoma de tiempos donde el vacío espiritual duele más que nunca? Pablo García se aleja de las pantallas para buscar respuestas que sólo un silencio profundo puede ofrecer. La multitud de sus seguidores, entre asombro y apoyo, observa ahora cómo un camino nuevo se abre ante sus ojos, incierto pero auténtico.
¿Podrá la luz del Seminario disipar las sombras que alimenta la fama? El trayecto apenas comienza.
